he soñado con vos.
¿qué se hace cuando uno sueña con una persona? ¿qué quiere decir esto?
Anoche he soñado con una profesora a quien quiero muchísimo y que aún estando lejos en mi vida y sin verla por años, es referente de mis actos, todos los días. Mi sueño es una mezcolanza de otros sueños en medio de los cuales ella aparece, yo, al parecer, tenía que pasar un exámen para la facultad y por supuesto no había estudiado NADA, (aqui aparece la vieja pesadilla que ya contaré, como uno de los grandes secretos y misterios) y me pasaba el día como una adolescente, diciéndole "ok, ya mismo te hago el exámen"..." y si lo hago"... y por supuesto no lo hacía, no cumplía. Pero eso pasaba mientras transcurría otro sueño: es que estábamos junto a las amigas con las que teníamos que rendir el exámen, en la casa de una señora multimillonaria, Angeles, que nos mostraba su enorme mansión, mientras nos distraía de nuestra tarea, y la mansión era gigantesca, y perfecta, y no había ojos para abarcar todo lo que tenía: capilla de 1800, salón de fiestas, casino, pileta olímpica, un teatro-cabaret para artistas, y su dueña atentísima me mostraba paso a paso las instalaciones mientras mi asombro crecía.
Sueños mezclados, extraños,que nos dejan preguntas sin ninguna respuesta ni pizca de ella.
viernes, 25 de enero de 2013
jueves, 24 de enero de 2013
Ángeles Cotidianos
Una lindísima canción de los U2 en esta hermosa película
que les recomiendo que vean: "El Cielo sobre Berlín",
Es muy difícil que no te haya pasado alguna vez. Lo creas o no, tengas o no alguna religión o creencia en algo, es muy difícil que no te hayas topado con un ángel.
Nos han enseñado desde nuestra infancia que son seres que no tienen un cuerpo visible, pero que están protegiéndonos, mirándonos desde arriba, tendiéndonos la mano y consolando nuestra pobre humanidad en momentos difíciles. la extraordinaria película "Las alas del deseo" ("El Cielo sobre Berlín", en el alemán original) de Wim Wenders nos hizo emocionar trayendo a la tierra las reflexiones de dos ángeles que quieren ser personas, que quieren dejar ése territorio celestial y procuran estar entre nosotros con nuestras alegrías y miserias, con nuestra pequeña y a la vez gigante dimensión humana.
No sé al resto de las personas, pero quien les cuenta ha tenido y tiene contacto con esos seres, que se disfrazan de personas un ratito, y nos miran a los ojos, y por supuesto nos tiran una mano, como ya lo he mencionado, en momentos de lo más jodidos, momentos de angustia y desesperación. Recuerdo particularmente no estar preparada para un diagnóstico y salir llorando, y abrazarme a una columna, sin poder seguir caminando por la calle, un día, una mañana como cualquiera, y que alguien viniera y me consolara con cariño, sin preguntarme nada, anónimamente. Recuerdo también haber comentado estos sucesos con Mónica, una gran amiga, ella me contó que un ángel anónimo le devolvió toda una cartera con documentos de ella y de sus hijos, carnets de salud, tarjetas ya anuladas, documentación personal, todo de buenísima voluntad y sin querer cobrar un centavo por ello. Son verdaderos ángeles que están cerca de nosotros. Y les debemos gratitud.
En el día de hoy salí con el auto, como todos los días, manejo leguas todos los días, y me gusta, pero también me cansa. Hoy no venía con todos los sentidos puestos al volante, la tarde era calurosa, y yo había quedado de pasar a buscar a mi amiga de toda la vida para una reunión, un proyecto divertido. Pero en mitad del camino choqué sin querer con el cantero que separa dos avenidas, y destrocé la cubierta delantera izquierda del auto. felizmente sin golpes, sin frenada, sin otro daño más que el de la cubierta. Inmediatamente estacioné el auto y llamé a mi familia para avisar, tranquila, ya no quería ni bajar del auto, sabía que era triste romper un neumático a fin de mes, y que no podía hacer nada. me bajé del vehículo y esperé a que viniera mi hijo a auxiliarme. No hizo tanta falta, desde un casi destartalado automóvil bajó un hombre con ropa de trabajo, y con todos sus hijos varones que estaban con él. Entre todos y con mucha buena fe, se dispusieron a ayudarme, sacaron el cricket, aflojaron las tuercas y bulones, y el señor -el ángel en persona- me dijo que no me preocupara, que parecía no ser tan grave y que cerca había una gomería.
Al ratito llegó Diego y en unos quince minutos el problema estaba solucionado, el gomero (otro ser celestial tiznado de negro y con musculosa) enderezó la llanta, infló la cámara, arregló la llanta de atrás y pude seguir andando, con mi auto, en marcha a la reunión.
Agradezco la presencia de estos seres con alas y con ropa humana, que bajan a la tierra y nos auxilian, y están con nosotros en momentos en los que uno realmente quisiera estallar de desesperación. Y siempre me digo que hay que estar muy atentos para verlos y sentirlos.
Ángel junto a Dieguito, en el camino. |
El señor con gorra es el ángel que me cambió la goma y me tranquilizó en ese momento.
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