Una triste noticia me anuncia el wats app: En Jujuy murió Claudia Pemberton, una querida prima mía.
tan sólo treinta y tres años, un marido, una hijita. Claudia.
Vos naciste el mismo exacto día en que murió mi madre, la gorda, de quien ya he hablado en una nota anterior. ¡Cómo es la vida que nos da y nos quita! Pues, para el tío Alejandro, el menor de los hermanos de Kiki, fue en un día perder a su hermana y tener a una hija el mismo día. La menor de tres hermosas hermanas, las chicas Pémberton : Patricita, Dolores y vos. Heredaste el porte maravilloso de tu mamá, alta, flaca, elegante, (no como la otra parte de la familia, cuya altura no supera el metro cincuenta y muuuchos de cintura también).
Yo en Córdoba, vos en Jujuy, con toda la vida por delante, la infancia, la adolescencia, la juventud. A mi me llevó un larguísimo tiempo hacer el duelo por la muerte de la gorda, sin vergüenza admito que fueron diez años, Me dejó muy solita a los veinte años, muy solita y desvalida, y preguntándome a cada rato...¿porqué me abandonaste en este mundo, Kiki?
A lo largo de la vida dejé de preguntarme y me hice amiga de mi madre muerta. Le perdono que se haya ido joven, siento una profunda lástima por esta madre que tuvo que dejar cinco chicos muy chicos, le perdono los errores, la busco en lo que a ella le gustaba y cuando me encuentro...me divierto con ella, recuerdo sus canciones, los dichos y refranes, la sonrisa con dientes postizos, sus pasitos de pies gordos, la faja de señora gorda y con artritis que con mis hermanos le ceñíamos, y sus abrazos gigantescos de madre enamorada. Cada día la quiero más y la tengo mas presente, y así vamos día a día acompañándonos en las presencias y las ausencias.
Y pasa que un buen día , no hace mucho, cerca de navidad, sentí una llamada, me sentí oprimida, como que necesitaba ir a Jujuy, necesitaba ir a Jujuy, era imperioso.
Kiki, la patrona (niña) y su padre |
Jujuy. San Salvador de Jujuy.
Apenas llegué, me tomé un taxi y me fui a lo de una grande, María Luisa Soliverez, quien me acogió en su casa, con los cuadros, los gatos y el silencio compartido, y fuimos las dos a visitar a mi tío, y en el transcurso de la breve caminata María Luisa me contó que vos Claudia, no estabas en Jujuy, que te habías desmejorado, y que permanecías internada en estado casi desesperante en Favaloro, Bs. As. Conmoción, dolor, abrazos con las primas, espera, alegría por la visita inesperada, y bueno... todo junto como cuando uno visita a la familia y ha llegado desde lejos.
Y a la tarde de ése mismo día, volvimos a la casa de Alejandro, a tomar un té y hacernos compañía.
Lo recuerdo como una de las cosas mas fuertes que me pasaron en la vida, en el minuto en que estábamos todos charlando,,,llamaron por teléfono desde Buenos Aires. Tu hermana Patricia tomó el teléfono y nos fue dando noticias, que ya estabas en quirófano, que había aparecido el donante, que un corazón estaba pronto a darte vida, y que podíamos empezar a rezar para que todo saliera bien. Y vinieron los abrazos y los llantos, y los mas abrazos y los mas llantos de felicidad, y asi pasó la noche y a la mañana tenías un nuevo corazón, Claudia.
Hoy recibimos esta noticia de que ya no estás más, y te vamos a extrañar, y tu luz maravillosa nos va a encender cuando andemos tristes, pensaremos en tu sonrisa y tu alegría, Claudia, ¡que lindo que fue compartir este tiempito de vida en la tierra junto a una extraordinaria persona como vos!
te regalo una foto de infancia de tus primos cordobeses en el jardín de Los Perales. ¡chau hermosaaaa!