domingo, 8 de abril de 2018

Al -siempre- encuentro con Mary Poppins


Día domingo de lluvia, al fin la lluvia para una tierra seca.


No estamos acostumbrados a estar  en casa mirando llover. Todos queremos aturdirnos y visitar  lugares llenos de gente, mirar vidrieras, comprar, pasear, tomar el auto, huir del hogar.

Para quien redacta éstas líneas es todo lo contrario. Ya un domingo es un regalo de bienestar y"dolce far niente", hacer sólo lo que a uno le gusta y para lo que uno esté con ganas. Mucho más si llueve y la cama o el sillón invitan al descanso y al placer.


  En la televisión presentan una película que me gustó y que por supuesto me llevó a la infancia, no me la pierdo y la veo por enésima vez, con la misma fascinación :  "Al encuentro de Mr Banks,  pero para ser mas directa  diré que es una peli en donde se trata la relación que tiene Walt Disney con la escritora Pamela Travers, australiana, y autora de las novelas para niños cuyo personaje principal es Mary Poppins. Una vez más disfruto del hacer de una obra de arte, la elección de los actores, la partitura cantada por los compositores, la búsqueda de las locaciones de la película, los actores protagonistas  que están fabulosos en sus actuaciones.  Todo me gusta, y me  emociona, es ése el quid, la emoción.
Estoy segura de que en el tiempo libre voy tomando los hilos de mi persona y ésos hilos me llevan por  caminos inesperados, a veces al futuro, cuando me permiten  pensarme como  señora con años, y  a veces,-las más- al pasado, al histórico y viejísimo pasado de la niñez, y ahí la encuentro a Doña Mary Poppins, sonriente y de lo más campante, con su impermeable oscuro, el paraguas y las botitas  impecables, volando feliz en el cielo londinense. 
 La película es del año 1964, pero creo  que el furor llegó a mi barrio un rato mas tarde, porque yo no me olvido de los momentos de juego con la muñeca, que no era mía obviamente, sino de mi amiguita de enfrente, Caroline,  a cuya madre francesa le debo muchísimo:  el hablar y haber estudiado esta lengua maravillosa, el francés y  el haber  conocido a las muñecas Barbie, no las americanas a quienes estoy vistiendo hasta hoy, sino a Barbie francesita, mas pequeña y menos sensual. El idioma francés y las muñecas, son  amores y pasiones que profeso hasta hoy.
Y hoy como ayer la película de  Mary Poppins retrata a la sociedad inglesa con todos sus  claroscuros, los padres que no se comprometían y que delegaban la educación de los chicos. El fin del siglo XIX y la era industrial, la desocupación y los bancos, las mujeres que deseaban tener voz y voto pero sobre todo como espectadores encontramos a esta encantadora   institutriz que viene a  reemplazar  en mucho a la madre en la educación, aportando a los niños el vuelo, las canciones, la magia.
Oh Mary Poppins  ¿En quién me harás pensar? Ja ja! indudablemente en mi propia gorda madre, tan ocupada en otras cosas y delegando la educación muchas veces en empleadas de la casa!
 Una institutriz cantora, aventurera, divertida, un regalo del cine y de un cerebro inquieto como el de Mrs Pamela Travers, Cuanto se lo agradezco!
  Los libros de Mary Poppins,las canciones, los actores  Dyck Van Dyke y Julie Andrews sin quererlo han decorado el cielo de toda mi infancia.  En ése cielo me vuelvo a encontrar
con mi amiga Caroline, con las calles del barrio universitario y obrero. Un barrio con caballos de hipódromo, con estudiantes, y con madres  de los años sesenta  que nos educaron con mucho amor, mucha cultura, y también un poquito de desentendimiento.
En la tarde lluviosa de domingo, hoy te volví a ver,  Mary Poppins,  y disfruté de saber que siempre vamos a ser  amigas!