Una de las dudas de la Patrona es preguntarse a menudo cómo están sus amigos. ¿cómo están?
Para ella los amigos son absolutamente necesarios, una parte más de su vida, con ellos y ellas comparte el mundo femeninos, la información del mundo y también lo chiquito de éste como el gusto por la muñecas, la frivolidad, las diversión. Cuando tiene un tiempito para relajarse, comienzan a venir los recuerdos de los buenos amigos que cosecha desde la infancia. La patrona nunca olvida a esa amiguita rubia, vivía cerca de su casa y ambos padres querían que las dos niñas se reunieran. Ellas eran dos niñas muy distintas, y de aquella pequeña aprendió tanto que hasta el día de hoy le queda el gusto por la estética, la alegría de la vida, la creatividad, y la pintura.
Los años fueron pasando y mas tarde apareció en su vida, en su casa de barrio quien acompañaría muchas, muchas horas de su vida. Una querida y entrañable persona menuda, morena y de pelo lacio, ¡tan distinta a ella! preciso es decir, y lo han visto por las fotos, que hasta el día de hoy, con sesenta años, nuestra patrona tuvo en la cabeza, lo tiene hoy y lo tendrá si no media un alisado una verdadera mata de rulos.
Lisa su amiga, no, Lisa tiene el pelo lacio, hasta hoy. Esa niña acompaña en la actualidad las aventuras de esta mujer adulta, y ambas mujeres se divierten observando el jardín, recomendándose series y libros, tomando ricos tés y por supuesto hablando todo lo que se pueda de la vida y también de la muerte. Ambas niñas-mujeres aprenden la una de la otra y sus conversaciones estructuran y dejan pensamientos buenos, ideas y caminos abiertos a seguir.
El inconsiente también trae nuevos amigos a la vida de la Patrona, los arrastra desde la infancia de la mano de una foto, de un recuerdo. Las amigas de momentos de juegos son invitadas a la ronda de ésta mujer adulta que no se queda con las vivencias de una familia formada, que necesita de charlas y debates, de aprendizajes de culturas y de ideas que otras personas le cuenten. Asi, Facebook mediante, y una viejísima foto de la Primera Comunión en la escuela, apareció la dulce Cristina, hoy una arquitecta que vive en Roma, y con quien la Patrona establece divertidas charlas, una querida y entrañable mujer que ha pasado el verano en Córdoba y que pronto volverá a su hogar en la ciudad tan antigua.
Cuando se reunieron por primera vez, una oscura y fría tarde de Julio en un barcito de Córdoba, Cristina le dijo a Laura que hacía cincuenta y tantos años que no se veían, desde la infancia misma, desde el patio del colegio. Es que la vida es así, nos tiende puentes, nos genera lazos, cuando creemos que ya no, que nunca más seremos como niños para jugar y sorprendernos.
Los amigos
La vida canta, el tiempo vuela,
la dicha florece temprano.
Vamos al circo y la escuela.
Mis amigos me dan la mano.
Seré su espejo verdadero,
su sombra fresquita, su hermano.
Yo los ayudo, yo los quiero.
Mis amigos me dan la mano.
Juguemos al amor profundo.
La voz leal, el ojo sano.
Vamos a visitar el mundo.
Mis amigos me dan la mano.
Vamos a todo lo que existe
–ronda de hoy, luego lejano–
sin quedar solo ni estar triste.
Mis amigos me dan la mano.
la dicha florece temprano.
Vamos al circo y la escuela.
Mis amigos me dan la mano.
Seré su espejo verdadero,
su sombra fresquita, su hermano.
Yo los ayudo, yo los quiero.
Mis amigos me dan la mano.
Juguemos al amor profundo.
La voz leal, el ojo sano.
Vamos a visitar el mundo.
Mis amigos me dan la mano.
Vamos a todo lo que existe
–ronda de hoy, luego lejano–
sin quedar solo ni estar triste.
Mis amigos me dan la mano.
divertidas amigas de toda la vida, charlas eternas, consejos estructurantes, aprendizajes, aperitivos compartidos, o mates, o tecitos. Traigo para este blog las palabras de María Elena Walsh, siempre presente en mi vida con su sabiduría.
En éste verano de pandemia, no nos es posible viajar, pero la amistad se nos hace imprescindible, fundamental, para no caer en la locura y en el encierro. Necesitamos la mirada del amigo, el abrazo, el consejo, la confidencia. Con premura y con afecto los buscamos, nos hacen falta sus canciones, sus voces las risas tan requeridas. La Patrona organiza una escapada con Silvana, su compañera de ruta artística, amiga de tantas muestras de arte en la Córdoba que comparten, y se van a la Cumbre en el verano refulgente, toman una canasta de pic-nic y allá van! a la Sala Miguel Ocampo, en genial y aventurado paseo.