martes, 7 de agosto de 2012

Mirando la tele, disfrute en el jardín de Giverny

La Juana


Cuando una es de tierra adentro
también es de cielo afuera
Si viene pa´ Buenos Aires
un calabozo la espera
y pregunte adonde está
el cielo de la ciudad

Yo vivo en un cuadradito
de oscuridad recortada
con una ventana al cielo,
por donde no se ve nada
Présteme el televisor
que se ve mas y mejor

Se que ustedes pensarán
-"que pretenciosa es la Juana,
cuando tiene techo y pan,
también quiere la ventana"...
Soy como soy, miro un poquito
y después me voy!

........................                               María Elena Walsh


Mi querida María Elena!  Otra de las grandes voces de la poesía de latinoamérica, amada y querida enormemente por esta almita.  En la canción "la Juana" nos habla de una provincianita que mira la televisión porque las ventanas son pequeñas, pero no era de ella de quien quería hablar esta patrona que hoy se quedó como ensoñada, ésta patrona prefería  charlar  hoy de un cocinero, viajero y atrevido, don Francis Mallman, quien esta mañana la llevó de la mano nada menos que al jardín de Claude Monet en Giverny.

La patrona, a mil por hora en las tareas domésticas, había empezado tipo siete de la mañana con la plancha, los blue-jeans, las camisas, los buzos de los varones, alguna que otra de sus propias camisas blancas que tanto le gustan, tipo ocho ya desconectó la plancha y se tomó su segundo café con leche y lavó las tazas del desayuno, ordenaba la cocina cuando prendió el televisor para enterarse de las noticias y no, no resistió a la tentación de prenderse a un canal que le interesa para su desempeño: el canal del Gourmet.






 Sin ganas de aprender recetas a esta altura del partido, la patrona se fue quedando sentada con su café humeante, y la pausa la embargó y la dejó nomás sentada, es que aparecía en la pantalla de la tele don Francis Mallman, cocinero argentino, que hace por estos días un programa EXTRAORDINARIO llamado "Los Fuegos en Paris" ,  y que permite a quien todavía no ha viajado a aquellas latitudes, conocer una ciudad maravillosa, ver  sus madrugadas y atardeceres, apreciar los mercados, sentir las tonadas de Francia, y deslumbrarse ante los  fantásticos productos de aquel país: los quesos, los panes, los vinos, los licores, ¡los jamones!  y por si todo esto fuera poco, cocinados por Mallman en los lugares mas insólitos como delante de Notre Dame, en la place du Trocadéro  o  al costado de la Seine, o bien -como en el caso de la nota de hoy- en el mismísimo jardín de Giverny, cultivado por Claude Monet, el pintor impresionista, desde principio de siglo XX hasta su muerte.





Giverny
  Y lentamente fueron corriendo las horas en esa mañana nublada, en las tareas de la patrona se fue colando la sonrisa y la felicidad: en primer lugar: la de trabajar, porque trabajar significa mucho, significa transpirar, hacer y estar en actividad, aún  cuando uno  realice  tareas no tan agradables.  Otra sonrisa  para la patrona fue porque había  visitado el jardín de Monet esa mañana  aunque mas no fuera  por la tele, y finalmente  la de haber mezclado en su "caldo" de vida todo junto: María Elena con su "Juana", la tele, cuadradito de esa empleada doméstica de provincia. Sin dudas en la mescolanza estaban Francia y el pintor Monet, el impresionismo mismo y la obra de arte del jardín de Giverny traídos de la mano   de Mallman el cocinero,  con él venían  también las recetas de las coquilles Saint Jacques, las ostras y los raros erizos , preparados en el  fueguito del  chef argentino.






¡ Una verdadera receta ecléctica y sabrosa!  ¿no les parece?

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