domingo, 29 de agosto de 2021

 Poemas leídos con anteojos de kiosco



Durante el mes de julio empecé un taller. Si, al fin, un taller de lectura, escritura que me debía.  Siempre escribo, o bien, siempre estoy observando el mundo en primera persona escribiendo con letras lo que veo u oigo, o huelo, o toco. La palabra está al ras de mi boca y la digo, a veces las palabras salen a borbotones y debo guardarlas en la garganta, la lapicera está conmigo, en los bolsillos, en la cartera, en las varias cartucheras que dan vuelta por la casa. Este primer taller con una  coordinadora de talleres  recomendada, Victoria, es muy íntimo y trata sobre la literatura de las mujeres, Duras, Thénon, Hebe Uhart, Mary Oliver, y aún nos faltan ver otras.


 Estoy feliz, pero no puedo escribir aún mi propia literatura, o éste sería lo único que puedo escribir, el blog. Victoria me escuchó leer, y apareció la idea de comienzo de año de hacer el espacio de You-Tube de lecturas en voz alta. No sé como lo voy a hacer, pero ahi va, se llamará Lecturas  (o poemas) leídos con anteojos de kiosco.


a fines de agosto en el taller, ya debemos escribir,  ¡Laura! rápido,¡volvé, no te disperses tanto!


Y con la premura, y la premisa, Laura vuelve al papel, escribe, y (aunque es pequeño su hacer en escritura,) le salen algunos versos. 

Durante el invierno ha trabajado en su huerta, todos los días, con frío, con sombra, pero con la necesidad de confiar en la semilla, de alimentar la tierra, de ver el pajarito compañero, que me espía mientras yo  riego.   Casi septiembre, al día de hoy, al borde de la primavera, están ya asomando los colores, mis  plantas y las ricas aromáticas. A ellas estos versos.




 

Las hierbas que cultivo

 

Orégano

Tu ojito verde me mira desde el caldo

Calientas las noches, te encuentro en el verano.

Compañero del tomate, y de la masa de Italia,

Orégano pequeño perfumas, dibujas y coloreas

Los platos aburridos, de la mesa de todos.

 

Romero

No sé porque pienso en la Provenza, en España,

Y en Grecia, cuando te esparzo en las carnes

Que irán al horno. Romero de florcitas azules,

De olor picante, néctar de mediodía de abejas que zumban.

Romero infaltable en recuerdos de madre,

¡Ven, que te quiero en esta tarde!

 

Melisa

¡Ábreme esa puerta! Quiero descansar en tu lecho

Melisa. Un té con tus hojitas me llevará de la mano

Al sueño, al pozo profundo donde me espera Morfeo,

Espero su abrazo, su roce su canto.

Déjame entrar con tu sabor y la aspereza, Melisa,

 Al hondo momento de cerrar los ojos.

 

Albahaca

Sombra de la Alhambra. Manos morenas y ojos negros

Te cultivaron desde siempre Albahaca.

Te requieren mis verdes, el tomate te clama.

Te casas con el ajo, con la nuez, y la oliva, tu fusión es la salsa que viene

 desde Italia.

Imprescindible, olorosa, elegante, Árabe y tan nuestra

¡Exquisita Albahaca!

 

Salvia

¿Tienes vergüenza por tu perfume?

Tu hojita gris no brilla, y es áspera al tacto,

Salvia, quien te quiere ama tu fuerza criolla,

Porque buscas las carnes

El cerdo, el cordero, la ternera más joven.

Tu olor poderoso entra en el horno y embriaga.

Salvia, no nos prives de él, de tu pequeñez,

Y de los mediodías que componen el alma.

 

Pimienta

No te conozco hermosa, nunca te vi.

Y ahí estás, sensual, en toda mi cocina.

Picor del Caribe, olor a guerra y a conquista.

Te dejo entrar al plato y ser mi amiga

Pimienta de sangre, ven, entra en mi boca, ¡Pica!

 

 



Agosto 2021

 

 

 

 

 

 

 

 

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