Poemas leídos con anteojos de kiosco
Durante el mes de julio empecé un taller. Si, al fin, un taller de lectura, escritura que me debía. Siempre escribo, o bien, siempre estoy observando el mundo en primera persona escribiendo con letras lo que veo u oigo, o huelo, o toco. La palabra está al ras de mi boca y la digo, a veces las palabras salen a borbotones y debo guardarlas en la garganta, la lapicera está conmigo, en los bolsillos, en la cartera, en las varias cartucheras que dan vuelta por la casa. Este primer taller con una coordinadora de talleres recomendada, Victoria, es muy íntimo y trata sobre la literatura de las mujeres, Duras, Thénon, Hebe Uhart, Mary Oliver, y aún nos faltan ver otras.
Estoy feliz, pero no puedo escribir aún mi propia literatura, o éste sería lo único que puedo escribir, el blog. Victoria me escuchó leer, y apareció la idea de comienzo de año de hacer el espacio de You-Tube de lecturas en voz alta. No sé como lo voy a hacer, pero ahi va, se llamará Lecturas (o poemas) leídos con anteojos de kiosco.
a fines de agosto en el taller, ya debemos escribir, ¡Laura! rápido,¡volvé, no te disperses tanto!
Y con la premura, y la premisa, Laura vuelve al papel, escribe, y (aunque es pequeño su hacer en escritura,) le salen algunos versos.
Durante el invierno ha trabajado en su huerta, todos los días, con frío, con sombra, pero con la necesidad de confiar en la semilla, de alimentar la tierra, de ver el pajarito compañero, que me espía mientras yo riego. Casi septiembre, al día de hoy, al borde de la primavera, están ya asomando los colores, mis plantas y las ricas aromáticas. A ellas estos versos.
Las hierbas que
cultivo
Orégano
Tu ojito verde me
mira desde el caldo
Calientas las
noches, te encuentro en el verano.
Compañero del
tomate, y de la masa de Italia,
Orégano pequeño
perfumas, dibujas y coloreas
Los platos aburridos, de la
mesa de todos.
Romero
No sé porque
pienso en la Provenza, en España,
Y en Grecia,
cuando te esparzo en las carnes
Que irán al horno.
Romero de florcitas azules,
De olor picante,
néctar de mediodía de abejas que zumban.
Romero infaltable
en recuerdos de madre,
¡Ven, que te quiero
en esta tarde!
Melisa
¡Ábreme esa
puerta! Quiero descansar en tu lecho
Melisa. Un té con
tus hojitas me llevará de la mano
Al sueño, al pozo
profundo donde me espera Morfeo,
Espero su abrazo,
su roce su canto.
Déjame entrar con
tu sabor y la aspereza, Melisa,
Al hondo momento de cerrar los ojos.
Albahaca
Sombra de la
Alhambra. Manos morenas y ojos negros
Te cultivaron
desde siempre Albahaca.
Te requieren mis
verdes, el tomate te clama.
Te casas con el ajo, con la nuez, y la oliva, tu fusión es la salsa que viene
desde Italia.
Imprescindible,
olorosa, elegante, Árabe y tan nuestra
¡Exquisita
Albahaca!
Salvia
¿Tienes vergüenza
por tu perfume?
Tu hojita gris no
brilla, y es áspera al tacto,
Salvia, quien te
quiere ama tu fuerza criolla,
Porque buscas las
carnes
El cerdo, el
cordero, la ternera más joven.
Tu olor poderoso
entra en el horno y embriaga.
Salvia, no nos
prives de él, de tu pequeñez,
Y de los mediodías
que componen el alma.
Pimienta
No te conozco
hermosa, nunca te vi.
Y ahí estás,
sensual, en toda mi cocina.
Picor del Caribe,
olor a guerra y a conquista.
Te dejo entrar al
plato y ser mi amiga
Pimienta de
sangre, ven, entra en mi boca, ¡Pica!
Agosto 2021
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