Sobre las
cosas lindas que nos regala Facebook
La red
social nos convoca, cierto, es algo
adictiva, si se quiere puede ser superficial, banal, en mi caso no lo es así:
me ha servido para comunicar con el mundo, y pasan cosas bellas en este mundo
terrible, no solo está la política, la falta de plata, la muerte de gente que
uno aprecia, también está el reencuentro, el establecer lazos con personas a
quien uno quiere o ha querido mucho, o a quien no conoce para nada pero ha
creado un vínculo de cariño.
Esto fue lo que pasó con un desconocido a
quien llegué por casualidad, obviamente
lo hice “amigo mío” con sólo hacer un click, y éste nuevo “amigo” me hizo un hermoso regalo: me
trajo al presente a mi abuela, María Laura Oyuela. Ya conté que mi madre era
una gorda maravillosa, mi abuela también fue una gorda hermosa, una verdadera Diosa en la
tierra, dulce, sensible, sensual, buena madre y –en el poquito tiempo que fue
abuela- una gran abuela, me regaló sus
muñecas que quedaron en Jujuy con mis primas,
me regaló el amor por las plantas, la Santa Rita, la Sterlitzia o flor pajarito, la literatura, el teatro, el don de gentes, el poder escribir
bonito. Mi amigo jujeño de “Casi Todo Compra y Vende”
puso en su face unas fotos antiguas maravillosas, con el almacén del bisabuelo Pémberton, yo
seguí sus fotos y en respuesta a una de
ellas y mi ignorancia sobre la Escuela Normal de Jujuy, recibí el martes por la mañana la maravillosa
sorpresa del envío de esta hermosa foto de Beba Oyuela, y de un reportaje hecho
por encantadoras alumnas a su hermana, Tarica O. de Tezanos Pinto.
¡qué hermoso cariño al alma! Que ganas de
seguir confiando en el espíritu humano de confraternidad, y por favor: que mis oraciones se cumplan y
que ¡Facebook siga existiendo para que los hombres nos comuniquemos!
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