Caminar, ése es un verbo que bueno para conjugar.
Para el almita viajera y colgada de la realidad, para esa niña que fui y que no quiero perder, caminar es un ejercicio vital. Me gusta particularmente el verbo en en francés "Flâner" , ya que la fonética /fl/ desde ya le da aire a esa belleza de ejercicio que se practica cuando uno sale de su casa... a la aventura de la ciudad.
Una vez por semana me tomo un par de horas para "Flâner" : aprovecho para pasear por lugares que me inspiran, por ejemplo el barrio de Nueva Córdoba, en mi ciudad, me encanta descubrir edificios, vidrieras nuevas, mirar a la gente joven, ya que -opinión de una gran amiga y vecina de ese barrio- "vivir en Nueva Córdoba es vivir en Juvenilia", en ese enorme barrio todo tiene onda, tonadas, colores, y hay mucho para ver y disfrutar.
Para mi trabajo en el salón tengo que hacer a menudo compras en distintos lugares, el viernes pasado me compré un carrito para compras, salí a buscar flores e insumos por cerca de un antro que particularmente me es entrañable: los alrededores del Mercado Norte.Como cada vez que tengo que realizar esa tarea, me dispongo contenta a hacerlo feliz. Golosa voy sintiendo olores y dejándome invadir por las vidrieras de las verdulerías aledañas, compro nueces, almendras, tutucas, no me olvido de los ajíes que me recuerdan a Jujuy , caminan conmigo a la par invisibles mi abuela Beba y mi mamá, oliendo, hablando en jujeño, ("quiero estita" o "estito cuanto cuesta" con esa tonada norteña que es dulce como la miel), entro al mercado a ver las carnes, los pescados, la gente que se amontona a comprarlos, ya me conocen algunos, con tantos años de éste trabajo que realizo. El puestero de quesos sabe que le llevaré una trencita de quesillo del totoral, y en el puesto de la esquina me venderán la miel de caña que adornará ese quesillo maravilloso.
Los colores y sabores se mezclan, las alegrías llegan con otros lugares que me gustan. Por momentos me pregunto si soy yo, que disfruta todo en esta ciudad: los quioscos de revistas,las librerías de libros viejos donde consigo joyas de poesía, recetas, novelas imperdibles, o si es que esta soledad que llevo encima desde que nací y me hace volcarme a las calles a caminar y pasear tomar aire, estar conmigo misma en este disfrute, también en esas cavilaciones pienso en que es al revés, que mi trabajo como madre de tantos chicos, como esposa-ama de casa-gerente de familia, es a tiempo completo y es por eso que aprecio de manera inconmensurable cada segundo que tengo para mi misma, la escritura es uno de ellos, por eso este blog, para llegar a otros con la experiencia propia. Y sigo en la vida, me pierdo en esta ciudad que amo, y luego vuelvo renovada a mi casa, a la tarea de todos los días.
próxima publicación de Caminar por la Ciudad : Ángeles necesarios (con fotos)
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