sábado, 21 de julio de 2012
viernes, 20 de julio de 2012
Día del Amigo
Amigo (Pablo Neruda)
Amigo, llévate lo que tú quieras,
penetra tu mirada en los rincones
y si así lo deseas, yo te doy mi alma entera
con sus blancas avenidas y sus canciones.
Amigo -con la tarde haz que se vaya
este inútil y viejo deseo de vencer.
Bebe de mi cántaro si tienes sed.
Amigo —con la tarde haz que se vaya
este deseo mío de que todo el rosal
me pertenezca,
Amigo si tienes hambre come de mi pan.
Todo, amigo, lo he hecho para ti.
Todo esto que sin mirar verás en mi estancia desnuda:
todo esto que se eleva por los muros derechos
-como mi corazón- siempre buscando altura.
Te sonríes amigo… ¡Qué importa!
Nadie sabe entregar en las manos
lo que se esconde adentro,
pero yo te doy mi alma, ánfora de mieles suaves,
y todo te lo doy…
Menos aquel recuerdo…
Que en mi heredad vacía aquel amor perdido,
es una rosa blanca, que se abre en el silencio…
Con Ana Tenaglia y La negrita Cirera
mis amadas brujas, María José Revol, Marissa y Liliana Loutaif en festejo previo |
20 de julio de cualquier año.
Es como si fuera Navidad, en pleno invierno, toda la gente en este país se prepara para hoy, que es el gran día. Y es que un tierno habitante de nuestra tierra impulsó la creación de esta fiesta en la que se conmemora la llegada del hombre en la luna, y todos estamos locos, los niños, los adolescentes, la gente grande, los empresarios gastronómicos contando billetes, los vendedores de objetos pequeños, de flores, de bombones, todos. Los celulares se han bloqueado a causa de las llamadas y mensajes de texto, la gente sólo habla de la amistad durante estas 24 horas que están pasando, y bueno, es lindo... es bueno festejar el amor y el valor de la amistad. Sobran las palabras.
La poesía siempre es valiosa y me acompaña celebrando a la amistad, como un vaso de vino. Este poema es de María Teresa Andruetto.
Las amigas de mi abuela
Íbamos a verlas
los días de los muertos,
cuando la muerte no dolía.
Mi madre (que era hermosa y usaba
tacos altos) nos llevaba de la mano,
se pintaba la boca. Hablaban piamontés,
la palabra cerrada en la garganta a gritos.
Nos ponían vestiditos blancos de piqué
y volvíamos con olor a gladiolos,
a margaritas. Tenían una casa oscura
las amigas de mi abuela, y el tamaño
de un hombre. Ellos en cambio
eran flacos, frágiles como niñas:
se llamaban Geppo,Vigü,
Gennio, Chiquinot.
los días de los muertos,
cuando la muerte no dolía.
Mi madre (que era hermosa y usaba
tacos altos) nos llevaba de la mano,
se pintaba la boca. Hablaban piamontés,
la palabra cerrada en la garganta a gritos.
Nos ponían vestiditos blancos de piqué
y volvíamos con olor a gladiolos,
a margaritas. Tenían una casa oscura
las amigas de mi abuela, y el tamaño
de un hombre. Ellos en cambio
eran flacos, frágiles como niñas:
se llamaban Geppo,Vigü,
Gennio, Chiquinot.
con nuestra amiga la Patricia |
mediodía con amigas, en invierno! |
Sylvie Fauvart |
Y en este duro año, todos festejamos, con nuestros amigos cercanos o
lejanos, y los queremos y brindamos por su calor y la compañía.
Susana Verde y Marimé Bianchi |
Variadas fotos de gente que adoro, amigos del corazón, de la vida, vecinas que me acompañaron en la vida, y vecinas que están todavía al lado mío, los amigos de Teatro, la Sofi Waisbord, en fin, amigos, gente a quien adoro todos los días de mi vida.
domingo, 1 de julio de 2012
Caminar por la ciudad
Caminar, ése es un verbo que bueno para conjugar.
Para el almita viajera y colgada de la realidad, para esa niña que fui y que no quiero perder, caminar es un ejercicio vital. Me gusta particularmente el verbo en en francés "Flâner" , ya que la fonética /fl/ desde ya le da aire a esa belleza de ejercicio que se practica cuando uno sale de su casa... a la aventura de la ciudad.
Una vez por semana me tomo un par de horas para "Flâner" : aprovecho para pasear por lugares que me inspiran, por ejemplo el barrio de Nueva Córdoba, en mi ciudad, me encanta descubrir edificios, vidrieras nuevas, mirar a la gente joven, ya que -opinión de una gran amiga y vecina de ese barrio- "vivir en Nueva Córdoba es vivir en Juvenilia", en ese enorme barrio todo tiene onda, tonadas, colores, y hay mucho para ver y disfrutar.
Para mi trabajo en el salón tengo que hacer a menudo compras en distintos lugares, el viernes pasado me compré un carrito para compras, salí a buscar flores e insumos por cerca de un antro que particularmente me es entrañable: los alrededores del Mercado Norte.Como cada vez que tengo que realizar esa tarea, me dispongo contenta a hacerlo feliz. Golosa voy sintiendo olores y dejándome invadir por las vidrieras de las verdulerías aledañas, compro nueces, almendras, tutucas, no me olvido de los ajíes que me recuerdan a Jujuy , caminan conmigo a la par invisibles mi abuela Beba y mi mamá, oliendo, hablando en jujeño, ("quiero estita" o "estito cuanto cuesta" con esa tonada norteña que es dulce como la miel), entro al mercado a ver las carnes, los pescados, la gente que se amontona a comprarlos, ya me conocen algunos, con tantos años de éste trabajo que realizo. El puestero de quesos sabe que le llevaré una trencita de quesillo del totoral, y en el puesto de la esquina me venderán la miel de caña que adornará ese quesillo maravilloso.
Los colores y sabores se mezclan, las alegrías llegan con otros lugares que me gustan. Por momentos me pregunto si soy yo, que disfruta todo en esta ciudad: los quioscos de revistas,las librerías de libros viejos donde consigo joyas de poesía, recetas, novelas imperdibles, o si es que esta soledad que llevo encima desde que nací y me hace volcarme a las calles a caminar y pasear tomar aire, estar conmigo misma en este disfrute, también en esas cavilaciones pienso en que es al revés, que mi trabajo como madre de tantos chicos, como esposa-ama de casa-gerente de familia, es a tiempo completo y es por eso que aprecio de manera inconmensurable cada segundo que tengo para mi misma, la escritura es uno de ellos, por eso este blog, para llegar a otros con la experiencia propia. Y sigo en la vida, me pierdo en esta ciudad que amo, y luego vuelvo renovada a mi casa, a la tarea de todos los días.
próxima publicación de Caminar por la Ciudad : Ángeles necesarios (con fotos)
Para el almita viajera y colgada de la realidad, para esa niña que fui y que no quiero perder, caminar es un ejercicio vital. Me gusta particularmente el verbo en en francés "Flâner" , ya que la fonética /fl/ desde ya le da aire a esa belleza de ejercicio que se practica cuando uno sale de su casa... a la aventura de la ciudad.
Una vez por semana me tomo un par de horas para "Flâner" : aprovecho para pasear por lugares que me inspiran, por ejemplo el barrio de Nueva Córdoba, en mi ciudad, me encanta descubrir edificios, vidrieras nuevas, mirar a la gente joven, ya que -opinión de una gran amiga y vecina de ese barrio- "vivir en Nueva Córdoba es vivir en Juvenilia", en ese enorme barrio todo tiene onda, tonadas, colores, y hay mucho para ver y disfrutar.
Para mi trabajo en el salón tengo que hacer a menudo compras en distintos lugares, el viernes pasado me compré un carrito para compras, salí a buscar flores e insumos por cerca de un antro que particularmente me es entrañable: los alrededores del Mercado Norte.Como cada vez que tengo que realizar esa tarea, me dispongo contenta a hacerlo feliz. Golosa voy sintiendo olores y dejándome invadir por las vidrieras de las verdulerías aledañas, compro nueces, almendras, tutucas, no me olvido de los ajíes que me recuerdan a Jujuy , caminan conmigo a la par invisibles mi abuela Beba y mi mamá, oliendo, hablando en jujeño, ("quiero estita" o "estito cuanto cuesta" con esa tonada norteña que es dulce como la miel), entro al mercado a ver las carnes, los pescados, la gente que se amontona a comprarlos, ya me conocen algunos, con tantos años de éste trabajo que realizo. El puestero de quesos sabe que le llevaré una trencita de quesillo del totoral, y en el puesto de la esquina me venderán la miel de caña que adornará ese quesillo maravilloso.
Los colores y sabores se mezclan, las alegrías llegan con otros lugares que me gustan. Por momentos me pregunto si soy yo, que disfruta todo en esta ciudad: los quioscos de revistas,las librerías de libros viejos donde consigo joyas de poesía, recetas, novelas imperdibles, o si es que esta soledad que llevo encima desde que nací y me hace volcarme a las calles a caminar y pasear tomar aire, estar conmigo misma en este disfrute, también en esas cavilaciones pienso en que es al revés, que mi trabajo como madre de tantos chicos, como esposa-ama de casa-gerente de familia, es a tiempo completo y es por eso que aprecio de manera inconmensurable cada segundo que tengo para mi misma, la escritura es uno de ellos, por eso este blog, para llegar a otros con la experiencia propia. Y sigo en la vida, me pierdo en esta ciudad que amo, y luego vuelvo renovada a mi casa, a la tarea de todos los días.
próxima publicación de Caminar por la Ciudad : Ángeles necesarios (con fotos)
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