sábado, 9 de mayo de 2020

Lo inesperado, el Coronavirus.








Verano del 2020

Los días pasan en el verano. Uno se levanta no tan temprano, mira a su alrededor, se despereza y recuerda si ha pasado una noche bien dormida o una noche entrecortada. Las estrellas y la luna veraniega nos impregnan de oscuro y  nos alcanzan hasta el nuevo día, por eso las mañanas están con nosotros.  El calor diurno nos hace desear el abrazo de la noche, poco a poco los días van transcurriendo, vienen lluvias, mojan la tierra y se desprende ese olor... ese olor del ozono que nos invade y  nos llena de felicidad, ¡el olor de la tierra mojada!

 Y así va llegando febrero, la luz disminuye por mas que haga calor, el sol tiene otra luminosidad. Lo bueno?  Es que retomamos poco a poco el ritmo del año, y recordamos días ociosos de enero y diciembre. Lo malo? Es que empieza el año! con su vértigo y rutinas, con el marco, con despertador tempranero, en fin... Se terminó la paz y el regalo de las vacaciones.

Agradecida a la Vida por poder ver con estos ojos el paso de los días.
 ( Texto guardado en borrador antes de lo que paso a relatar en el texto que sigue).

 Febrero del 2020 

Casamiento de nuestro hijo mayor. Durante el mes de febrero fuimos preparando nuestra casa y a la vez trabajando sin denuedo con las fiestas que se habían contratado, el 29 se casaron Santi y Alejandra, en un año bisiesto, nuestro primer hijo casado, una felicidad inmensa. 







Comienza marzo 2020

poco a poco nos fuimos percatando de los cambios, poco a poco la prensa nos fue llenando de noticias. Infectados, mercados cerrados, casos, hospitales, y la frase tan temida que nos llegó en la noche del jueves  diecinueve de marzo: "a partir de las cero hora de esta noche se decreta un aislamiento social obligatorio", aislamiento, #quedateencasa , la casa como refugio contra la enfermedad, estar entre nosotros, cuidarnos. hicimos sin embargo dos casamientos más (que no deberíamos haber hecho, pero fueron permitidos por las autoridades municipales, y fueron los últimos, luego siguió la cuarentena, el aislamiento. y aquí estamos los tres. en casa, adentro.
Nosotros somos José, Nicolás nuestro hijo y yo. Los tres, tenemos nuestras rutinas, dormimos bien, tratamos de comer rico y variado y de tener espacios de creación.


Los primeros días ordenamos esta casa. Nuestra casita de arriba, la que -justamente, con sorna llamamos "La Casa de Ana Frank"  nos divertimos con el hecho de no ir a trabajar y poder acostarnos un poco más tarde, de manera a levantarnos no tan temprano y  tener otra dimensión del día. Poco a poco el tiempo fue pasando y vinieron días feriados que estábamos adentro, estuvimos sin semana santa ni huevos de Pascua, todo era igual, pero lindo, no extrañé mucho el afuera, hacía tanto tiempo que necesitaba tiempo, tiempo para mí, ¡para estar sin hacer nada!

 Y lo cierto es que nunca he estado sin hacer nada, máquina de trabajar,  armé prontito un grupo de wats app con mis alumnas, en donde les dí  tareas de lectura y escritura, eso las mantiene divertidas y algo exigidas, el grupo se llama Escritoras a distancia, y hay muchos logros, se escribe, se aprende y se piensa bastante, y sobre todo:¡¡¡Estamos Juntas!!!


Mi querido y viejo blog de la Patrona se verá mas poblado de notas, porque lo que pasa es muy fuerte,  ahora en la casa ya somos cuatro pues también vive con nosotros Ignacio, que estaba con su novia y una amiga de ella en una casa grande, y decidió venirse para acá, al caserón con bosque, ¡qué lindo, uno más y cerquita! 

Abril 2020

En Saldán, nuestro pueblito cercano, a penas un kilómetro, hubo un brote de Coronavirus, sesenta y cinco personas se contagiaron por un médico que sospechó ser portador asintomático de la enfermedad, pidió hacerse un hisopado y dio positivo para Covid19, ya había estado atendiendo en geriátricos y con pacientes propios grandes, fue un horror, porque dejamos de ir al pueblo, y poco a poco nos enteramos por la prensa que van muriendo algunas personas contagiadas. Muy triste.

Mayo 2019

hace ya cuarenta y pico de días que estamos bajo aislamiento, y hay páginas y páginas para leer, filosofía, pensamiento. Pero yo estoy abocada a la facultad de lenguas, ya que estoy cursando Literatura francesa II, CulturaII y hasta Lengua Francesa V. Algún día terminaré, dejo en pausa, anoche nuestro presidente  anunció que la cuarentena sigue hasta el veinticuatro de mayo. Era de prever, los contagios continúan pero muy paulatinamente, no como el espanto de los otros países, Brasil por ejemplo, terrorífico, no solo el Coronavirus mata a las personas sino que también están aprovechando para deforestar el amazonas, qué mundo que nos espera.


 El año pasado releí Candide,  de Voltaire, escrito en el siglo XVIII y la tremenda conclusión a la que llega Cándido después de pasar mil vicisitudes, terremotos devastadores, viajes por el mundo, la  maldad de la gente, pestes, encuentros y desencuentros, es: "hay que cultivar su propio jardín. Toda una reflexión que viene perfecto en estos tiempos para tener en cuenta y estar presente en el mundo, ser solidario, empático, tener en cuenta la realidad del otro en toda su dimensión, pero hay que también retirarse a un lugarcito propio y cultivar su jardín verdadero o simbólico, abonar la tierra, crear el abono, limpiar de malezas, sembrar semillas buenas, y detenerse a ver crecer las plantas, las hortalizas, las flores. Inmenso Voltaire!



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