Transitando el año del Dragón
Un día cualquiera veo en mi casa a un hombre que se apoya en los muebles. Lo veo estar mal. Otro día me percato que estoy cansada, muy cansada físicamente. Otro día en cambio el silencio de la casa me lleva al disfrute del estar solos por primera vez en muchos años, mi compañero y yo. Y una cosa llevó a la otra y todos estos pequeños acontecimientos me llevaron a pensar en lo tranquilo que sería una vida menos acelerada, con más tiempo para reflexionar y dedicarme a otros trabajos menos agresivos. Y tomé la decisión de jubilarme ántes de lo que vendría. El año del Dragón.
Milenios de antiguas culturas lo han estudiado, temido, comparado con el Mal.
Los chinos lo veneran y lo consideran bueno, para sus vidas y hasta favorables para sus destinos. No sé.
En estos días Córdoba no se ha liberado de sus llamas de fuego que consumieron bosques, casas, animales, flores silvestres. Todo a su paso.
Como si no solamente fuese el animal alado que súbitamente aparece sino que su cola inmensa moviendo el aire hiciera girar las llamaradas y cambiar el curso del fuego.
Ahora es imparable pero en el mes de Julio casi que celebrábamos que no hubiera habido incendios devastadores. hoy el rojo y el calor tiñen el cielo y la tierra y lo devoran y destruyen todo.
El Dragón.
Animal mitológico, temible y poderoso. No lo quiero matar, no mataría ni a una araña, pero ha causado tanto daño que espanta.
En este año uno de mis hijos perdió su trabajo, ahi anda, con fuerza, luchando, esperanzado.
Otro dejó a su amor, y a una casa bonita que miraba a una montaña.
El año en que volví a casa después de años de trabajo, feliz y cansada, pero con tiempo y preguntas.
Año en que queridos amigos un día perdieron un hijo hombre, hermoso y sano.
El año en que el dinero no alcanza por más que lo estires.
El año en que en este país cuesta ser viejo porque ya no sirves, (no es mi caso, es que me solidarizo).
Año de nuevos lazos de amistad y de rupturas lacerantes con afectos viejos.
El año en que todos mis hijos tomaron decisiones, están adultos, los apoyamos.
También éste animal temido, con el que el cine para niños ha sido piadoso y ha creado un dulce personaje, nos muestra sin embargo un aire benévolo. Porque estamos unidos y hay fraternidad, la gente es empática y solidaria con los bomberos, se organizan campañas en esta tierra devastada. Y estamos sanos y festejamos la salud y la amistad a pesar de todo.
Y brindamos, pidiendo por las lluvias, que ya vendrán.
Tengamos esperanza.
Encontré una poesía en la búsqueda. No es mi intención matarte, año del Dragón, sino seguirte transitando poniendo semillas, sin embargo. Escuchando a los pájaros mientras riego la huerta, cuidando el estanque, donde croan las ranas por las noches. Llegando a la cocina para hacer de comer rico, dando besos y abrazos.
Quiero detener tus llamaradas iluminando este pedacito de mundo y escribiendo, Quiero perdonarte con los libros, estudiando. Quiero que te hagas amigo de esta pobre humanidad, Dragón de madera. Quiero que vueles lejos, de este costado de mundo donde me tocó nacer y vivir. Quiero querer lo que he amado y conseguido, lo mismo que tantos argentinos. Tranquilo, dragón.
Yo Seguiré en la lucha de la Esperanza.
MATAR AL DRAGÓN
Ha llegado la hora de matar al dragón,
de acabar para siempre con el
monstruo
de las fauces terribles y los
ojos de fuego.
Hay que matar a este dragón y a
todos
los que a su alrededor se
reproducen.
Al dragón de la culpa y al dragón
del espanto,
al del remordimiento estéril, al
del odio,
al que devora siempre la
esperanza,
al del miedo, al del frío, al de
la angustia.
Hay que matar también al que nos
tiene
aplastados de bruces contra el
suelo,
inmóviles, cobardes,
desarraigados, rotos.
Que la sangre de todos
inunde cada parte de esta casa
hasta que nos alcance la cintura.
Y cuando ese montón de monstruos
sea
sólo un montón de vísceras y ojos
abiertos al vacío, al fin
podremos
trepar y encaramarnos sobre
ellos,
llegar a las ventanas, abrirlas o
romperlas,
dejar que entren la luz, la
lluvia, el viento
y todo lo que estaba retenido
detrás de los cristales.
Cuanto lamento el doloroso paso por el año del dragón.
ResponderEliminarCuanta desolación que ,a pesar de todo nos deja el esperanzado brindis,la solidaria compañía,el empático otro.