De las cosas lindas que me ha enseñado la vida una de ellas es a valorar el trabajo en equipo. Desde la escuela nos enseñan el extraordinario ejemplo del panal de abejas, la metodología, la concentración de cada participante en su propia tarea, la jerarquía de cada uno de los miembros de esa colmena, en fin, sería larguísimo decirlo, hay páginas extraordinarias escritas sobre esos ejemplos naturales. de los trabajos del ser humano me gustan los equipos de football, o de cualquier deporte de grupo, un objetivo en común y toda la energía de cada persona para llegar a ese objetivo. Me gusta aprender de los equipos que arreglan las calles, los talleres de costura, las escuelas, pienso que fue muy importante en esa observación lo que aprendí desde mi adolescencia cuando trabajaba con mi padre: los quirófanos. Mi papá era médico y su especialidad era la Anatomía patológica, todos nosotros sus hijos hemos trabajado con él desde muy chicos, en lo particular yo que soy su hija mayor aprendí mucho de esos quirófanos (los recuerdo con una mezcla de mucho respeto, pues son el corazón de cualquier centro médico, el olor a desinfectante, el calor de los hornos esterilizadores, el silencio y la pulcritud) el valor del trabajo en equipo. En un quirófano todos son importantes, hay por supuesto un cirujano en jefe, pero no podría hacer nada sin los anestesistas, sin enfermeras ni bioquímicos, ni radiólogos. No se podría operar a nadie sin iluminación, sin técnicos, sin los absolutamente necesarios instrumentistas, o mucamas de limpieza. Toda esta enumeración que en este momento me viene a la cabeza para describir lo que viví estos dos últimos días. Desde mi trabajo nos contrataron par hacerle el catering a una empresa de cine y publicidad.
De mas está decir que de los trabajos en equipo que hay que admirar éste es uno: el de filmación. Todos son importantes, los jefes, los que venden el producto, los que redactan los contratos, las costureras, las vestuaristas, quienes colocan la iluminación, el director de escena, el departamento de Arte, los camarógrafos , todos, y cada una de esas personas trabaja mancomunadamente en pro de un objetivo, pone toda su energía, saber y creatividad. En este caso se filmaba un comercial para una hamburguesa y esta vez nos tocó a nosotros, Mansueto1912 realizar el servicio de comida durante todo el día , y la verdad terminamos agotadísimos pero felices, los horarios eran muy estrictos, se comenzaba a las 06:!5 de la mañana y había que servir inmediatamente desayuno, traer ya el café caliente, las mediaslunas, poner la mesa, y ocuparse de que todo estuviera impecable, luego colocar una merienda permanente y empezar a programar el mediodía para 25 personas. Pasado el almuerzo, velar por la existencia de café, té y bebidas frescas, pancitos, sandwiches para todo el set: técnicos, iluminadores, artistas, ejecutivos de la empresa, agencia de publicidad, maquilladores y coiffeurs. Fue un trabajo hermoso, duro, pero que me dio una enorme felicidad, compartirlo con mi marido y con mi hijo mayor, Santiago, que se portó como un campeón, que aprendió lo que es concentrarse y trabajar, ser parte de algo, que disfrutó la tarea y salió un poco de su burbuja personal tecnológica. En general en el set apreciaron mucho las tortas que les preparé, los sandwiches de miga también caseros , el pollo al horno con papas del segundo día, el café caliente y los alfajorcitos de maicena. Me encantó también conversar en los momentos libres con Daniela Bestard, con Alejandro Arias Bazán y Silvia, Maquillaje y Peinados, y también me encantó el final del primer día cuando me encontré con Luis Moya, mi director teatral en "Bodas de Sangre" la última obra que representé, al final del día todos los que estábamos tuvimos que actuar, y nuestras manos se verán en el comercial, ya que hicimos de público para un festival de rock . Una hermosa experiencia y una nueva puerta abierta de trabajo, además para mi fue volver a recrear la importancia del trabajo en equipo (lo dice alguien, que de solitaria... sabe mucho).
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