domingo, 24 de abril de 2016

la radio, una amiga.




hoy domingo, el día está feo, gris y ventoso. frío. 
Apenas empezó el día  lo constaté, me había levantado temprano, y estaba feliz, el día nublado significaba que hoy voy a parar. que és posible al fin que pueda tomar este tiempo de descanso como un descanso, y no como un  vértigo de actividades de fin de semana, con todo lo que uno deja pendiente durante la semana en que trabaja fuera de la casa, coser botones limpiar telarañas, sacar cosas que no sirven, hablar por teléfono, contestar mails, cocinar comidas ricas, ver películas postergadas, y miles de etcéteras. A mediodía sin embargo, la cocina me llama como siempre y mientras el pollo se dora en el horo con papas y cebollas... prendo mi radio. 
En realidad ya la había prendido en el mismo momento en que  comencé a cocinar. No hay actividad doméstica  que no implique no tener la radio, es el medio de comunicación que más me acompaña, y desde la infancia, durante la adolescencia, en toda toda mi vida he necesitado de su presencia, de sus voces, la información precisa e inmediata, de la música , de las palabras que salen de la radio. y puedo escuchar y hacer zapping, elegir lo que me gusta y lo que  me enamora.
he tenido a lo largo de toda mi vida una infinidad de aparatos de radio que se van rompiendo, y voy reponiendo, como todo el mundo tuve una Tonomac también, que me permitió escuchar radios chinas, alemanas u holandesas, y escuchar emisiones en francés, ¡que aparato! (yo, no la radio)  Y es que tengo deficit de que álguien me hable, vivir con varones es todo un gran desafío, ellos casi no hablan ni cuentan pequeñas co sas. Si bien hago ejercicios de silencio, éstos no me duran mucho y pronto vuelvo al vicio de prender el aparatito.

Hoy escuchando un programa de mediodía escuché de labios de Graciela Borges una hermosa frase, que se la decía a Flavio Mendoza, sin dudas un gran artista. La actriz decía " el que quiere ir hacia adelante...debe parar"  Y ahí me cayó la ficha: es momento de parar, de difrutar el domingo, de quedarme quieta. Hoy no quiero eventos, ni recibiré a nadie, y moderaré mi energía para estar quieta, pensativa y creativa si quiero, pero quieta.
 ¡ay radio, hoy me diste un buen consejo!

domingo, 10 de abril de 2016

encontrarse con una misma

No me había pasado hasta ahora, ¡cuento los minutos para reencontrarme conmigo!

Desde que trabajo fuera del hogar y veo tanta gente, ómnibus, oficinas, horarios, personas, compañeros de tarea, alumnos, superiores, ansío volver al hogar y recluirme en mi misma.
Ansío el silencio.
la vorágine de los días es brutal. Hay clases que preparar, facturas que pagar, llamados que hacer, cumpleaños de  personas queridas que tenemos que festejar, y me queda tan poquito tiempo de reposo, de quietud.
 Hoy es la última fiesta que realizamos nosotros en mi pequeña empresa, me veo ante la perspectiva de ya no tener que ir al mercado a hacer compras, de no atender los problemas del salón, su personal, la rutina de la prensa y los llamados, ¡que bueno, tendré menos tarea!
En mi casa ya mis hijos, que están grandes, también me han liberado bastante, ahora nos reunimos con José y los chicos, en la cena,  todos juntos, Yo los observo y creo que es algo bueno que crezcan y decidan, me regalan tiempo,los chicos  ya cocinan y ayudan,entonces,  se van conquistando espacios de placer, que es la gran conquista personal, al menos para un alma peregrina y voladora como la mía que necesita tanto estar en paz con su alma.

En fin, como ya dije en una  crónica anterior, éste es un momento de transición, de cierre, de culminación de una etapa, por eso sufro estas pequeñas crisis existenciales que está bueno que se presenten, porque significan que estoy viva y que reflexiono, ¿qué me deparará ahora toda esta puerta abierta hacia una perspectiva nueva? Solo dependerá de cómo vaya viviendo el día a día y de cómo resguarde mi pequeña almita en cada momento.
Nicolás, mi hijo, trabajando como mozo, (ya gana sus pesitos)

Ignacio, el menor, también de mozo (idem$$$$)

laura profesora de literatura


paisajes ansiados de paz.

el salón, con sus exigencias

armar el Gazebo de los novios, otra tarea de los sábados por la tarde.


a pesar de todo... sonrío!

mientras ellos bailan, yo trabajo, trabajo.

Aunque a veces, también tengo el respiro del campo, ¡feliz!