lunes, 29 de noviembre de 2021

el Ogro bueno

 Hace un tiempo escribí una crónica para un hombre bueno que había muerto. Hoy escribiré para su hijo




He visto mil veces esa película, y la veo porque me gusta, y me aterra, y la vuelvo a ver.

 Es que tal vez la historia de Juan Matagigantes me lleva a la adolescencia, esa niña soñadora y lectora que encontraba en "El tesoro de la Juventud" fabulosas narraciones de otros tiempos. Esa enciclopedia formada por veintidós tomos, había pertenecido a mi  madre, la edición es de 1930, Y en cada uno de los tomos se podían leer los cuentos mas bellos y más antiguos, con hermosas ilustraciones.

 Juan Matagigantes, o Juan y la planta de habas, era uno de mis preferidos porque me permitía hacer teatro, jugar con las distintas voces, la dulce vieja que era la madre de Juan, el joven ingenuo, y la atronadora voz del gigante que come carne humana.  Ahora, ya adulta  la podemos ver en formato de película, y es muy buena, aunque por momentos también impresionante. 

Entre los "malos" de la película hay un gigante que es a la vez dos, tiene una cabeza suplementaria, que también habla y piensa y que está adosada a la cabeza principal del gigante. La imagen es horrible, se trata de  un ogro malísimo que pretende comerse a Juan y a todos sus acompañantes. 

Qué lejos que nos lleva la literatura y la ficción, -me digo  mientras recuerdo esas páginas-,  estos personajes de mentira que a veces nos representan a seres, buenos o malos, pero reales. Pensaba en estos seres  y los pensamientos se me van enredando, no se quedan estáticos, al contrario, siento que pasa como en esos versos de Violeta Parra "se va enredando enredando, como en el muro la hiedra, y va brotando, brotando, como el musguito en la piedra" 

 Así es que pensando en tierras lejanas y ogros enormes, enredados en mis pensamientos aparece un joven que es un gigante, inmenso su cuerpo desde adolescente, alto, muy alto y también deportista, como su padre, alto, muy alto.

El joven vivió con su padre desde la adolescencia, la convivencia los aunó, el muchacho pudo empezar y terminar la universidad y siempre su padre estuvo ahí para acompañarlo, él también, siendo un hombre joven buscó compañía y la encontró. Un día el joven buscó otros rumbos para ejercer su profesión, el padre le abrió la puerta de la casa. Una etapa nueva se abría para ambos. Una nueva vida para el muchacho en una  soñada geografía con olor a hierbas serranas.


La montaña abrazó al muchacho. Le brindó resguardo, amigos, familia de afecto, profesión, pacientes, guitarras y alegría- Más tarde también,  volvió a abrazarlo cuando su papá, el primer gigante, el ogro bueno y querido por todos, se enfermó. 

El padre enfermó súbitamente, y fue como un rayo que marcó su vida, dejó de caminar, y el joven le brindó contención y apoyo. Lo atrajo hasta la montaña para colmarlo de cuidados y medicinas alternativas, solían pasar las tardes los dos,  mirando ese cerro de cuarzo, escuchando los zorzales y calandrias, conversando, o haciendo silencio. 

 Eran un solo cuerpo de dos gigantes buenos, queridos ambos por todos, el padre y el hijo, dos gigantes buenos.

La enfermedad sin embargo se hizo cada vez mas presente y el hijo acompañó en cada instante al hombre, en curaciones y ejercicios, pero un buen día ya su padre no estuvo más. El muchacho volvió entonces a la montaña, a su casa y profesión. Volvió a reunir sus pedazos despedazados, el monte y los zorzales, los perros sin dueño, los amigos de siempre lo acompañan al joven grandote, y es tan grande y tan tierno que tiene un caluroso porvenir de afectos, de viajes, de vida aventurera, de trabajo.

Cierro ya este libro imaginario que me lleva a tierras lejanas, a una vieja campesina que no tiene más que una vaca y que ordena a su hijo de venderla para que éste sólo perciba unas cuantas habas que se transformarán en plantas inmensas y que llevarán al muchacho a conocer la tierra de los gigantes. Me despido por el momento de los ogros malos, de las hondas y ballestas, de las batallas desiguales entre hombres y gigantes. 

Al cerrar el libro pienso en los dos ogros buenos que he conocido. El gigante padre ya no está en la tierra  y sí nos queda para nosotros  el ogro joven, sonriente, alegre y solidario, el buen hijo y buen hermano. Un gigante tierno del cual, en la vida de todos los días, en la vida real  sin libros antiguos, yo aprendo tanto.




domingo, 17 de octubre de 2021

La narradora juega con su personaje, La Patrona.

 

Tercer domingo de octubre y ya sabemos cómo pinta. en la casa de Laura  lo que prima un día como hoy es el  trabajo nomás, pinta comida. Eso es para mí desde siempre el Día de la Madre. Hoy todos  los hijos estaban ocupados, y no había ni regalos ni día, por lo tanto Laura se fue con el gordito a almorzar afuera y lo disfrutaron en un restaurancito en Mendiolaza, al aire libre y con pajaritos,  y al volver trabaja con la computadora. Y piensa en lo contenta que está de ser mamá y de que sus hijos hagan sus vidas, (y no se la compliquen, es lo que una quiere ¿no?)

Laura les deja un esbozo de lo que está escribiendo en estos días, haciendo un racconto de su invención como narradora, como creadora del personaje de la Patrona. Porque Laura es ella, con su invento, y la patrona... es el personaje.  Y ahí van las dos lo real y lo imaginario en este mundo entramado.




Un día de estos me siento, e invento un personaje. La pregunta es: ¿cómo hacerlo?

 

¿Cómo inventar un personaje para esconderse detrás y poder darle vida?  Así nació La Patrona.

Quien escribe encontró a una señora, mediana edad, clase media y ya gordita. La Patrona  trabaja, digamos en un establecimiento de comidas, juguemos a que es un salón de fiestas en donde la gente se divierte y pasa un rato agradable. El personaje es una señora que conduce y manda, que presenta, que echa su mirada hacia muchos lados, sobre todo que hace funcionar esa estructura que hace que la gente se divierta.

La narradora se esconde entonces detrás de La Patrona y la va modelando como se le antoja.  La patrona es intensa, caminadora, observa todo el tiempo, sugiere cambios, anota recetas, sugerencias de comidas, fabrica arreglos de flores y degusta distintos  vinos. Propone, discute, compra, pero  sobre todo,  trabaja.

 La narradora la hace dicharachera, discutidora. Quien cuenta las historias de los días de la patrona, hace que el personaje se enfrente al mundo para ganar plata, para independizarse, para conquistar su autonomía, la narradora aprovecha y la arma de todas las armas que ella sabe que no tiene, o que le cuestan mucho en su lucha frente al mundo. Y así la van llevando a ésta historia que ya tiene sus años, el mundo de la Patrona, que se va expandiendo y va cambiando, y el mundo de la narradora, que va diseñando a éste personaje. Y así en la vida como en la literatura, a menudo las dos, se dan la mano. A veces sucede que a la mujer que escribe no se le ocurre nada, y deja pasar un tiempo hasta contar algo del personaje, a veces se sumerge en la primera persona y la encarna y hace ella misma de cuenta que es la Patrona. Los lectores deberán irse acostumbrando a los cambios, a los juegos de disfraz y escondidas. La propuesta es divertida y nos permite ir encontrando el perfil de la escritora y el perfil, también del personaje.

 


Por ahí pasa un largo tiempo en que que la narradora no  escribe ni una nota par  El blog de la patrona. tampoco ella encuentra tiempo para la intimidad de la escritura, los lectores tal vez le tengan paciencia y la puedan  entender, ahora veamos qué pasa con la patrona. ¡Pobre mi alma!  Han sido meses –por suerte- de  mucho trabajo en su pequeña empresa, un trabajo feroz de tiempo y energía. Mucho para sacar adelante. Al volver a su casa también los hijos la esperan, Y esta mujer no  guarda para sí energía, paciencia, dinero, atención, comida, mirada. El amor y el compañero por momentos quedan postergados a un día a la semana, por las noches  ella queda exhausta y se desmaya en su cama, quien está a  su lado suspira y hace  crucigramas, también él está cansado, la actividad del día es muy fuerte y los años no son los mismos que en la plena juventud. 

 

Y sin embargo la patrona está disfrutando estos  años de vida que tiene como nunca, disfruta del día, de la noche con sus insomnios, de los domingos en el parque, sólo mirando los pájaros. Disfruta del otoño con muchas hojas, del invierno con las comidas abundantes, de la primavera y el verano, que la reciben a pleno sol y aire libre. La Patrona disfruta su vida y también, su actividad laboral. 

Cuando tiene tiempo libre elige la lectura, muchos cuentos cortos por falta de tiempo para la novela, breves encuentros con sus amigas, pero siempre muy alegres y con importantes charlas de aprendizajes sobre la vida y la edad que todas están transitando, los hijos de cada una  y sus problemas…Ella y sus amigas se dan cuenta de lo lindo que es vivir aprovechando cada segundo en que se está vivo.

 En estos días La patrona sigue en acción,  preparando degustaciones de platos en su empresa. Mañana otro cliente, otro casamiento, ¡uh! ¡Cómo se pasa éste año! –Piensa éste personaje-.

 

La narradora sonríe al observarla, tan distinta, tan luchadora. Ahora es tarde, la narradora se quita sus anteojos,  se va a dar una ducha, el día ha terminado. La patrona vive en el papel, y en la cabeza de quien cuenta la historia, ésta mujer  se da cuenta de que ahora está muy cansada de imaginar, luego de la ducha calentita, apaga la computadora y se va a tomar un té.

 

 


 

domingo, 29 de agosto de 2021

 Poemas leídos con anteojos de kiosco



Durante el mes de julio empecé un taller. Si, al fin, un taller de lectura, escritura que me debía.  Siempre escribo, o bien, siempre estoy observando el mundo en primera persona escribiendo con letras lo que veo u oigo, o huelo, o toco. La palabra está al ras de mi boca y la digo, a veces las palabras salen a borbotones y debo guardarlas en la garganta, la lapicera está conmigo, en los bolsillos, en la cartera, en las varias cartucheras que dan vuelta por la casa. Este primer taller con una  coordinadora de talleres  recomendada, Victoria, es muy íntimo y trata sobre la literatura de las mujeres, Duras, Thénon, Hebe Uhart, Mary Oliver, y aún nos faltan ver otras.


 Estoy feliz, pero no puedo escribir aún mi propia literatura, o éste sería lo único que puedo escribir, el blog. Victoria me escuchó leer, y apareció la idea de comienzo de año de hacer el espacio de You-Tube de lecturas en voz alta. No sé como lo voy a hacer, pero ahi va, se llamará Lecturas  (o poemas) leídos con anteojos de kiosco.


a fines de agosto en el taller, ya debemos escribir,  ¡Laura! rápido,¡volvé, no te disperses tanto!


Y con la premura, y la premisa, Laura vuelve al papel, escribe, y (aunque es pequeño su hacer en escritura,) le salen algunos versos. 

Durante el invierno ha trabajado en su huerta, todos los días, con frío, con sombra, pero con la necesidad de confiar en la semilla, de alimentar la tierra, de ver el pajarito compañero, que me espía mientras yo  riego.   Casi septiembre, al día de hoy, al borde de la primavera, están ya asomando los colores, mis  plantas y las ricas aromáticas. A ellas estos versos.




 

Las hierbas que cultivo

 

Orégano

Tu ojito verde me mira desde el caldo

Calientas las noches, te encuentro en el verano.

Compañero del tomate, y de la masa de Italia,

Orégano pequeño perfumas, dibujas y coloreas

Los platos aburridos, de la mesa de todos.

 

Romero

No sé porque pienso en la Provenza, en España,

Y en Grecia, cuando te esparzo en las carnes

Que irán al horno. Romero de florcitas azules,

De olor picante, néctar de mediodía de abejas que zumban.

Romero infaltable en recuerdos de madre,

¡Ven, que te quiero en esta tarde!

 

Melisa

¡Ábreme esa puerta! Quiero descansar en tu lecho

Melisa. Un té con tus hojitas me llevará de la mano

Al sueño, al pozo profundo donde me espera Morfeo,

Espero su abrazo, su roce su canto.

Déjame entrar con tu sabor y la aspereza, Melisa,

 Al hondo momento de cerrar los ojos.

 

Albahaca

Sombra de la Alhambra. Manos morenas y ojos negros

Te cultivaron desde siempre Albahaca.

Te requieren mis verdes, el tomate te clama.

Te casas con el ajo, con la nuez, y la oliva, tu fusión es la salsa que viene

 desde Italia.

Imprescindible, olorosa, elegante, Árabe y tan nuestra

¡Exquisita Albahaca!

 

Salvia

¿Tienes vergüenza por tu perfume?

Tu hojita gris no brilla, y es áspera al tacto,

Salvia, quien te quiere ama tu fuerza criolla,

Porque buscas las carnes

El cerdo, el cordero, la ternera más joven.

Tu olor poderoso entra en el horno y embriaga.

Salvia, no nos prives de él, de tu pequeñez,

Y de los mediodías que componen el alma.

 

Pimienta

No te conozco hermosa, nunca te vi.

Y ahí estás, sensual, en toda mi cocina.

Picor del Caribe, olor a guerra y a conquista.

Te dejo entrar al plato y ser mi amiga

Pimienta de sangre, ven, entra en mi boca, ¡Pica!

 

 



Agosto 2021

 

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 8 de agosto de 2021

Porqué este blog se llama como se llama.




Porqué se llama El blog de la Patrona si ya no sos más Patrona?

A menudo me preguntan    el porqué del título, pareciera que suena feo, que es un título fuerte o popular. también me he formulado la pregunta que se hizo Mary Schelley cuando escribió  Frankenstein en el siglo XVIII :  ¡por Dios! ¿Qué he hecho? ¿a quién he creado?

La respuesta sigue siendo la misma: el personaje que escribe estas palabras es el de una patrona que me gusta. Es una mujer que  se equivoca, que se pone ruleros, con sus cuántos años ahora está un poquito gorda, escribe,  canta boleros en la verdulería junto al verdulero, hace firuletes para ahorrar plata,  se prepara tragos ricos para darse ánimo frente a la vida, sigue haciendo rica comida, se esmera por ser ordenada siendo QUE NO LO ES,  y mas allá de todo eso  es una mujer que  trabaja y  disfruta de los días.




   Para esta patrona la familia es una prioridad, a menudo un incordio, mucho trabajo: léase ropa, comida, y otras muchas cuestiones diversas: médicos, dentistas, colegios, sin embargo el proyecto es  maravilloso y gratificante.

En este caso  quiero ponerme contenta con todo lo que he aprendido en este trabajo  como patrona, y ¿qué es tu trabajo, Laura?


Mi trabajo de patrona fue crear lo que no estaba, lo que no había. ¡Magia!

en el año 2003 rescatamos una vieja casa con José, mi marido. La casa estaba abandonada, su inmenso parque era un erial, y ambos y fuimos rehaciéndo su destrozo, trabajando, disfrutando y transpirando mucho. Hicimos las primeras fiestas , compramos algunos muebles, sobretodo busqué personas, hábiles y dúctiles personas para trabajar. Las cocineras, los mozos, los guardias, los proveedores.
todo el mundo con su historia, con sus familias, sus crecimientos.

En esta preciosa casa también creció mi familia, aprendimos lo que era una empresa de todos, nos divertimos y trasnochamos y también cada uno fue creciendo mucho.

¡qué jóvenes que estamos todos ahí! Los cuarenta años se nos notan a José y a mí, y los chicos ¡Qué hermosos! y Bueno... así fue creciendo Mansueto1912 con la esperanza de un día ser una linda empresa, ya lo está siendo por suerte (y por prepotencia de trabajo, como decía Roberto Arlt).
Nosotros decorábamos así: con sencillez, con minimalismo, pero eran fiestas hermosas de las que tenemos buenos recuerdos.
Diez años trabajamos solitos, José y yo, poniendo hombro a hombro nuestro esfuerzo, y en el año 2005 nos asociamos con Viró Eventos y ya pasamos a poder pensarnos nuevamente como artistas, como maestros que somos tanto José como yo. 
Ahora hay mas fiestas, son soñadas de lindas, y todo va viento en popa gracias a la pericia y al conocimiento de la empresa, que sabe hacer muy bien su gestión. Yo trabajo como profesora, José se dedica a sus alumnos, a pintar y dibujar. Ya no soy patrona más que de mi propia vida, y la voy gerenciando como puedo, como pinta el día, pero creo que bastante bien. Laura ha crecido muchísimo y está muy agradecida a la Vida.



fotos, imágenes de muy lindos momentos. la hermosa casa de La Quinta, ahora Mansueto1912, guarda nuestro esfuerzo y nuestros sueños también.  

jueves, 8 de julio de 2021

Las amigas y sus regalos

¿Viajar? En tiempos de Coronavirus? La patrona sin embargo...viaja.

Tiempos difíciles estamos atravesando. La pandemia sigue, tiene picos tremendos de contagios y hospitales sin camas, se restringe la circulación, en las calles hay mascarillas por todos lados, nos  vacunamos en cuanto hay vacuna, y quien escribe   -sin ser religiosa- reza para que sus conocidos, familiares y amigos no se enfermen ni se contagien. ¿Viajar? ¡Una utopía!  ¿Cómo viajar si el mundo está cerrado, no sería lo recomendable o tampoco me alcanza la plata?  
 Esta joven mujer sin embargo se las ingenia para viajar sin tener ticket, leyendo crónicas de viajes, viendo videos de YouTube, consultando páginas de viaje, y rebuscando  en su mundo interior hasta el momento en que pueda hacerlo, -que no falta tanto por otra parte-.

 Una forma que ha encontrado la Laura es molestando, ¡qué tanto! Cuando sus queridas amigas viajan la patrona les pide que le traigan una muñeca. una muñeca es un objeto querido para esta señora. La acompaña en su alegría, en sus recuerdos de infancia. Por más que Laura, la patrona ha cumplido este verano sesenta años no se permite dejar de jugar, como una premisa, jugar para vivir, para crear, para divertirse. Y las muñecas la llevan de la mano al juego, aunque pasen los años y vengan las arrugas.



Barbie vino de la mano de Lupe, su sobrina, Lupe es  un ser como dicen ahora "de luz", dulce, creativa, toca la guitarra, canta, lee, pinta en tela, juega. Un día esta niña le regaló a su tía toda una caja de muñecas, -Ya soy grande - le dijo, y para Laura, ése fue el mejor regalo que le hayan hecho a lo largo de los últimos años.  Barbie aparece cuando la patrona quiere relajarse y quiere irse de este mundo agitado, de obligaciones y de conexión permanente. Barbie es su muñeca adorada, es ridícula, con curvas, con pelo rubio imposible, piernas larguísimas sin una nota de celulitis ni una sola venita azul. Pero Barbie con su mundo ideal es la felicidad de la adultez de Laura, la muñeca invita a la mujer a entrar siendo adulta  en un mundo de juego, de costura, de diseño, de imaginación, de fotografía. Y Ahí van ellas, la señora y Barbie, jugando, desvistiéndose y vistiéndose en inviernos y veranos. Ocupando espacios, llamando la atención, hablando del recorrido de la mujer en este mundo. Y  a más allá de Barbie, están las otras chicas, que invitan a Laura al mundo.



Gabriela le trae desde México un par de muñequitas quitapenas, para cuidar sus sueños tan llenos de imágenes. belleza de maternidad, de vestido tejido. Bellezas.

De un viaje casi improvisado su querida amiga Lisa, le trae una negra que la hace bailar. ¡qué felicidad! Rumba, merengue, cumbia colombiana, gente que se mueve, que transpira y salpica alegría y felicidad. Eso quiere la patrona en este invierno terrible y oscuro ¡¡¡Azucar!!!


De Chile, Patricia le trae una hermosa cholita chilena del sur, toda en fieltro, con sus trencitas, andando por esas tierras, húmedas y frías. Laura la tiene entre sus manos y siente calorcito con esta muñeca.



Y en enero de este duro año año, de Italia vino ella, de la mano de Cristina, tan hermosa en el recuerdo de aquella niña que fue Laura, y que tuvo en el colegio una amiga tan dulce como Cristina, se buscaron por facebook y se encontraron en Córdoba, y ambas esperan no separarse más en esta vida. Ésta fue la muñeca que Cristina trajo de Italia a Laura
Dulce, con sus zapatos inmensos y  los brazos estirados, ¡Cuántos abrazos daremos todavía!

 Muñecas, amigas, viajes. El amor intacto por las amigas con las que comparto mi vida.  La vida de Laura. 
las vivencias, las lecturas y las cosas que me invitan a viajar a otras geografías, otros perfumes, y otros colores. Ya vendrán seguramente los viajes de verdad, los aeropuertos y el estrés, por ahora, Laura viaja de la mano de sus muñecas y la de sus amigas. Y viaja a lo largo de muchos kilómetros de éste mundo.

domingo, 11 de abril de 2021

Daniel

 Daniel


Hoy domingo me toca derramar una lágrima. Es que ha muerto una persona buena, un ser al que todos apreciábamos mucho. Daniel.



con los niños chiquitos.

Daniel era el padre de dos sobrinos muy queridos, se habían divorciado hacía mucho con mi cuñada,tal vez  no teníamos un contacto muy de todos los días con él, vivía en un barrio alejado, en fin... la vida, y  sin embargo por más que lo pienso, no tengo  forma de no recordar a Daniel sino es  con un lindo recuerdo, o también por su bonhomía, o por su sentido del humor, o porsupuesto porque tenía  tamaño de hombre gigante.

Mi sobrina!

 Particularmente en un momento de la vida, fuimos vecinos, mi marido, los chicos pequeños y yo vivíamos en una cuadra de un barrio y muy cerquita vivían él, su mujer y también sus hijos pequeños. Eran los años noventa y tampoco era tan fácil la vida, pero teníamos vecinos geniales con los que compartíamos las navidades en la vereda, o locros de veinticinco de mayo con pastelitos, o fiestas en la casa de alguno que gentilmente ofrecía su vivienda para diversión. ¡qué época maravillosa! Los hijos de cualquier familia eran hijos de todos y si algun  niño se perdía todos salíamos a buscar en todos los rincones, campitos, o resquicio de cada patio. Poquito a poco el tiempo fue pasando y muchos debimos irnos de aquel barrio con tanta solidaridad vecina y tanto ruido de fiesta. Y aqui va la historia, para acordarme del querido Daniel mi cuñado que hoy nos dejó : esa noche se armó un tremendo "picante de pollo", exquisita comida boliviana no tan picante pero sí muy sabrosa, que aprecia mucho en Bolivia y en Jujuy. Los dueños de casa eran Julio y Susana, muy recordados ellos, ya que Julio era de ese país y Susana, gringuísima, blanca como la leche y un encanto de dulzura y voz suave, cocinaba como los dioses y preparaba los exquisitos platos de el maravilloso país vecino, asi que..¡ningún vecino se quería perder la fiesta! Conseguimos niñeras para los chicos, ropa ajustada las mujeres, camisas nuevas los maridos, y estuvimos todos puntuales en lo de Susana y Julio -se me estruja el corazón con el recuerdo-.  Luego del copioso picante y habiendo libado también copiosamente muy buenos vinos que cada uno llevó, vino la música
y el baile, en ese momento el que se escuchaba en las radios era Juan Luis Guerra "Quisiera ser un pez, para meter mi nariz en tu pecera...." y las parejas se estrechaban  con el ritmo nuevo que nos apasionaba: la bachata.  Cuando pasaron ya varios temas de salsa y bachata, alguien ordenó parar la música y descansar, tomar un heladito, refrescarse la cara y contar algunos chistes. Para hacerla enojar a una vecina que a los cincuenta y tantos tenía un cuerpo escultural y que a pesar de estar en el mes de julio vivía bronceada y con  escotes,  uno de los hombres, que la conocía mucho y la apreciaba también le susurró, ¿y tu marido? Ella, muy tranquila dijo que el señor  -ex militar retirado-, era viajante, y que esa noche estaba en Buenos Aires, ¡para qué! Llegó este comentario a oídos de otro vecino muy bromista que como a eso de la una de la mañana  se asomó a la puerta y  gritó "Ahí viene Fernández!!!" (Fernandez en cuestión era el marido viajante ex militar de la señora que partía la tierra y que esa noche se había vestido con una remera de lycra negra pegada a la piel). Ni que decir que la pobre vecina corrió a esconderse en el baño muerta de terror y en la casa era una sola carcajada porque eran puras mentiras  de éste canalla bromista.  Pasadas las risas, Alicia salió del baño, aterrorizada como dije, pero divertida, y nunca jamás nos olvidamos todos de aquel momento. 

Y finalmente ahí viene la escena con el Dani, todos sabían que yo era actriz, y me pidieron o cantar una canción o recitar un poema, o lo que fuera, y habiendo escalera en esa hermosa casa yo subí a la planta alta y mi cuñado se  ubicó en donde estaban todos abajo, alguno de los presentes puso un tema sexi y yo fui bajando, escalón por escalón haciendo la pantomima de que me quitaba una prenda, él, solícito y actor también  hacía de cliente desesperado y todo ese juego fue festejado por los vecinos hasta que llegué hasta el lugar donde el  "cliente" me esperaba,  y yoya estaba supuestamente sin ropa, para concluir la escena, tanto cliente como "señorita sin ropa",  escapamos los dos por una puerta. Aplausos y chin chines de todos los vecinos. Un momento sin dudas inolvidable, divertido, audaz y sin ninguna mala intención.  

He querido recordarte así Dani, con tu alegría y tu estupenda forma de ser. La terrible enfermedad que te atacó, que no ha sido el Coronavirus, te arrebató de este mundo. Pero nos dejaste tu imagen y tu fortaleza hasta en los últimos momentos, y tus chistes, tus anécdotas, las cosas lindas de hermosa persona que fuiste y  que nos deja el corazón con los mejores recuerdos. Además nos dejaste dos sobrinos MARAVILLOSOS!


qué pinta!




¡Buen Viaje hacia otro mundo divertido y con amigos querido cuñado Daniel!


sábado, 23 de enero de 2021

qué es un amigo?

¿Qué es un amigo?

Una  de las dudas de la Patrona es preguntarse  a menudo cómo están sus amigos. ¿cómo están?
Para ella los amigos son absolutamente  necesarios, una parte más de su vida, con ellos y ellas comparte el mundo femeninos, la información del mundo y también lo chiquito de éste como el gusto por la muñecas, la frivolidad, las diversión. Cuando tiene un tiempito para relajarse, comienzan a venir los recuerdos de los buenos amigos que cosecha  desde la infancia.  La  patrona  nunca olvida a esa amiguita  rubia, vivía cerca de su casa y ambos padres querían que las dos niñas se reunieran. Ellas eran  dos niñas muy distintas, y de aquella  pequeña aprendió tanto que hasta el día de hoy le queda el gusto por la estética, la alegría de la vida, la creatividad, y la pintura.

Los años fueron pasando y mas tarde apareció en su vida, en su casa de barrio quien acompañaría muchas, muchas horas de su vida. Una querida y entrañable persona menuda, morena y de pelo lacio, ¡tan distinta a ella! preciso es decir, y lo han visto por las fotos, que hasta el día de hoy, con sesenta años,  nuestra patrona tuvo en la cabeza, lo tiene hoy y lo tendrá si no media un alisado una verdadera mata de rulos.

Lisa su amiga, no, Lisa tiene el pelo lacio, hasta hoy.  Esa niña acompaña en la actualidad las aventuras de esta mujer adulta, y ambas mujeres se divierten observando el jardín, recomendándose series y libros, tomando ricos tés  y por supuesto hablando todo lo que se pueda  de la vida y también de la muerte. Ambas niñas-mujeres aprenden la una de la otra y sus conversaciones estructuran y dejan pensamientos buenos, ideas y caminos abiertos a seguir.











El inconsiente también trae nuevos amigos a la vida de la Patrona, los arrastra desde la infancia  de la mano de una foto, de un recuerdo. Las amigas de momentos de juegos son invitadas a la ronda de ésta mujer adulta que no se queda con las vivencias de una familia formada, que necesita de charlas y debates, de aprendizajes de culturas y de ideas que otras personas le cuenten. Asi, Facebook mediante, y una viejísima foto de la Primera Comunión en la escuela, apareció la dulce Cristina, hoy una arquitecta que vive en Roma, y con quien la Patrona establece  divertidas charlas, una querida y entrañable mujer que  ha pasado el verano en Córdoba y que pronto volverá a su hogar en la ciudad  tan antigua. 
Cuando se reunieron por primera vez, una oscura y fría tarde de Julio en un barcito de Córdoba, Cristina le dijo a Laura que hacía cincuenta y tantos años que no se veían, desde la infancia misma, desde el patio del colegio. Es que la vida es así, nos tiende puentes, nos genera lazos, cuando creemos que ya no, que nunca más seremos como niños para jugar y sorprendernos.


























Y el teléfono también le arregla reuniones impostergables a esta patrona Laura, que como vimos, no se conforma con su realidad de todos los días y tiene que siempre pergeñar un nuevo cafecito, un encuentro literario-de consejos de vida-de chismes del mundo, etc con sus amadas y extrañadas amigas del colegio, Celina González y la querida Liliana, de quien aprende tanto y que le son imprescindibles para vivir en la vida.




Los amigos


La vida canta, el tiempo vuela,
la dicha florece temprano.
Vamos al circo y la escuela.
Mis amigos me dan la mano.

Seré su espejo verdadero,
su sombra fresquita, su hermano.
Yo los ayudo, yo los quiero.
Mis amigos me dan la mano.

Juguemos al amor profundo.
La voz leal, el ojo sano.
Vamos a visitar el mundo.
Mis amigos me dan la mano.

Vamos a todo lo que existe
–ronda de hoy, luego lejano–
sin quedar solo ni estar triste.
Mis amigos me dan la mano.

 


divertidas amigas de toda la vida, charlas eternas, consejos estructurantes, aprendizajes, aperitivos compartidos, o mates, o tecitos.  Traigo para este blog las palabras de María Elena Walsh, siempre presente en mi vida con su sabiduría. 


En éste verano de pandemia, no nos es posible viajar, pero la amistad se nos hace imprescindible, fundamental, para no caer en la locura y en el encierro. Necesitamos la mirada del amigo, el abrazo, el consejo, la confidencia. Con premura y con afecto los buscamos, nos hacen falta sus canciones, sus voces las risas tan requeridas.  La Patrona organiza una escapada con Silvana, su compañera de ruta artística, amiga de tantas muestras de arte en la Córdoba que comparten, y se van a la Cumbre en el verano refulgente, toman una canasta de pic-nic y allá van! a la Sala Miguel Ocampo, en genial y aventurado paseo.



 


Y para cerrar en este recorrido del día de hoy, en el que han faltado fotos de tantas amigas queridas, Gaby, Mónica las artistas, las empresarias como  Mónica.  Las amigas del francés, la prima Marta, que al igual que Gabriela, es prima y es amiga, en fin, las amigas queridas de ésta Patrona que no se conforma, y que está segura de que los amigos para ella, como para todos, conforman la familia del alma. Una familia con idas y vueltas, con amores y peleas, pero,  sin la cual la existencia se nos hace francamente,  muy, muy cuesta arriba.