domingo, 22 de noviembre de 2020

Contar un año de aislamiento con fotos.

 Y se va terminando éste año 2020


El año de la rata de Metal.


El año en que estuvimos aislados, el año del Coronavirus, Covid 19. Año en que perdimos mucha gente entre nosotros y en el mundo. Un año en que estuvimos en nuestras casas casi todos, saliendo para lo indispensable algunos, otros no pudieron, quienes trabajaban, quienes se dedican a la Salud, los que trabajan en supermercados, los que realizan servicios indispensables, todo en ellos era cuidarse y protegerse, y salir al afuera siempre con miedo al contagio. Hubo muchas personas sin embargo que desafiaron la opinión general y creían que no les iba a tocar, que era una zoncera, y les tocó y mal, hasta perdieron sus vidas.

 Pero, La patrona se está olvidando de contar algo maravilloso, la voy a retar. Lo cierto es que éste año, nuestro hijo mayor y Alejandra ¡SE CASARON!,  El año comenzaba hermoso, fue el veintinueve de febrero, una noche hermosa y con calor.




Los novios felices.

Quince días después comenzó la cuarentena, el aislamiento obligatorio, y ya no se pudo salir más por miedo a la enfermedad. En Europa la gente moría rápidamente, había que aislar y preparar la Argentina.


 La Patrona se quedó en su casa. Al principio fue una delicia porque  ésta patrona trabaja enormemente durante el día, da clases, viaja de lugar en lugar de trabajo, se desplaza, se cansa, asi que para ella fueron (al comienzo) DOS MESES DE VACACIONES!!!

mi Niquito querido, compañero!

En la casa se ordenaron placares, cocina, bibliotecas. Entre el José su marido, y ella se pusieron de acuerdo para salir a caminar y emprendieron la grata tarea de salir a la tardecita, a disfrutar del otoño, y asi siguieron, percatándose del paso de las estaciones mientras iban recorriendo el predio donde viven. Al principio los seguía Nicolás, el hijo que tenían en la casa en ese momento, porque ya  se habían ido tres afuera, pero más tarde volvieron a llegar al hogar por distintas razones dos de lo que habían partido y ya en estos momentos son varios los que pueblan el hogar.

 La patrona siguió trabajando a distancia con su compu por Zoom, luego por Google Meet, por Wats App, cantaba canciones, recitaba poesías, asignaba actividades a sus alumnos... cosa que le implicaba muchas horas por día, disfrutadas a pleno. 

y así fue pasando y pasando el tiempo, hasta que llegó el invierno. Durante los días fríos se siguieron las caminatas compartidas, antes muchos libros, televisión, y..¡La facultad! Nuestra patrona se había anotado para terminar un viejo proyecto universitario y éste la había arrastrado al francés, a los libros, a la actividad y a otros compañeros, ¡una delicia para quien tiene que estar encerrado! Era como terminar un día intenso en la misma casa, se llegaba a no extrañar el afuera, y adentro había  charlas, comidas ricas y juegos con amigos que se cuidaban los fines de semana.




Al hijito mayor le encantan!!!



Andaba todo bien hasta que en Julio, mi medio-hermana, mi amiga de toda la vida empezó a estar mal de la panza, se tuvo que intervenir y la está luchando fiero contra una enfermedad difícil, aunque con muy buenas armas y pronóstico, juntas le estamos poniendo el cuerpo a la enfermedad.¿Cómo JUNTAS? Y si,  ésta patrona, con nódulos benignos en tiroides y que nunca se operaba... lo hizo en Agosto, para que no le sucediera lo que a su amiga,  ¡al fin!

Una internación breve, un excelente cirujano, vuelta a casa a recuperarse, ¡Y a seguir! Todo el mundo tenía terror de concurrir a clínicas, sanatorios y hospitales, pero sólo había que usar la mascarilla y cuidarse las manos con lavados y alcohol en gel. Asi fue que llegó la primavera deseada.




Fue un invierno seco, no sólo de lluvias, sino también de plata, ya que ni bien empezó la cuarentena el intendente nos redujo los salarios, y en el caserón...no hubo eventos, ya que son altamente susceptibles de poder contagiar, en fin, se hizo largo y había que cuidar hasta el último pesito, pero eso también fue facil para ésta patrona Rata de Metal, (está acostumbrada a ser ahorrativa!)
caminatas en invierno, abrigados.



 

 



 



 

ahora ya estamos en noviembre, Las actividades se empezaron a abrir ya desde agosto y el mundo empezó a cambiar, la gente pudo ir a tomar café o comer en restaurants con terrazas al aire libre, poco a poco se fueron abriendo gimnasios, piscinas, lugares de compras,pero todavía no hay viajes,  bailes, cines, teatros, espectáculos, pero falta muy poco, la vacuna está en ciernes, ¡es una excelente noticia!




 

¿Cómo será el año que viene? La verdad es que nadie sabe a ciencia cierta, todo se va haciendo pasito a pasito, hoy hacemos en Mansueto1912  nuestro segundo evento modo restaurant, con protocolo, sin baile y mucho aire libre. La semana pasada cerré un grupo maravilloso de wats app, en donde con alumnas y alumnos fuimos escribiendo todo el tiempo, y cuando no escribíamos envíabamos archivos hermosos de arte y soporte espiritual, en el fondo del corazón de la patrona se cierra un año difícil, complejo, pero enormemente disfrutado por la posibilidad de reencuentro con los suyos, con su casa, y los amores que ella ama fuertemente, la familia, los amigos, la naturaleza, la gente. Aunque no haya habido contactos estrechos, no importa...¡ La patrona habló todo el tiempo por teléfono!

Van otras fotos de los amores de la Patrona


El amor de su vida: el Pepe.


los chicos que hacen cosas, canciones, estudio, teatro, VIDAS!



el trabajo, sus alumnos.


Liza, la amiga

 


las brujas que se divierten!


Me queda la sensación de gratitud hacia la vida porque me dio tanto, recorrimos este año con salud y con alegría, ¡Gracias Vida!






"Ya está en el aire girando mi moneda, Y que sea lo que sea!"  Jorge Drexler.







lunes, 20 de julio de 2020

La gata que ya no me mira más.



Hoy estoy triste, muy triste.

El día está gris y plomizo de invierno, y aunque es el Día del Amigo y todo el mundo festeja, yo no. Hoy murió mi gata, Petra.  La historia es tonta, yo no tenía una gata para mí, ni tampoco quería tenerla, en tiempos en donde yo trabajaba normalmente, no quería atarme a un cariño nuevo, en mi casa ya hay dos perras que vinieron aquí, no de raza sino perras buenas, y que ya viven contentas, y además hay un gato, Frodo, que es un gato grande, bastante salvaje, pero tierno y demandante como todos los gatos.
 Mi hijo Nicolás dijo un día que "le gustaría tener un gato negro", unos días después en uno de los Hogares donde trabajo, una señora de la limpieza comentó tener gatitos nuevos y uno de ellos era negro, así es que Petra, -que más tarde nos dimos cuenta que era gata- vino en un bolsito a nuestra casa. Era dulce, arisca también, cazaba palomas y le gustaba el parque. Muchas veces la encontramos escondida bajo un árbol panza arriba. Frodo fue el padre de los gatitos que engendró y que pudimos dar, le quedó uno solito para amamantar y que se fue hace poco, Frankie, rayadito como su papá.
 Y Petra se quedó en nuestra casa. Durante su vida le compré comida, la llevamos al veterinario, le puse una caja  para dormir en días fríos y la mimé bastante. Nos acompañó en las caminatas cotidianas de esta eterna cuarentena, saltando y esperándonos en tramos donde ella estaba, escondida y divertida. A veces corría junto a nosotros y cruzando nuestro paso, teníamos miedo de tropezar y caernos, ¡ay Petra!
 Sinceramente no tengo consuelo, creo que soy una persona fuerte,porque a menudo escucho testimonios duros de mis alumnos, de la gente vieja, también tengo angustia como todo el mundo y procesiones que van por dentro, soy un ser sensible y siento la vida en toda intensidad,  y aún así es difícil que yo llore, sin embargo ahora tengo muchas ganas de llorar por Petra, por la gata negra que estará en otro mundo, caminando por un verde parque lleno el aire de pajaritos que cantan.



Como para dejar algo de alegría en esta tarde tan espantosa  me acuerdo de un poema de Elsa Bornemann

Del libro Disparatario

Gata que mira a niña que mira a Gata

La gata me mira
¿qué quiere decirme?
Tal vez un poema
Intenta pedirme
O será que sabe
Que hoy me siento triste
Y busca maullarme,
Me dí cuenta. ¿Viste?

Seguro esta noche
Sin mí en el tejado
Contará a otros gatos
Lo que me ha ocultado
Y unirá mi pena
a su propia sombra
Mientras doña Luna
Reteja su alfombra
Mirada redonda,
Cola que se estira,
Un miau de silencio
La gata me mira

Seguro esta noche,
Sin mí en el tejado
Contará a otros gatos
Lo que me ha ocultado...

 Ahí está Elsa, tan hermosa, con esa sonrisa tan linda, me da calorcito en esta tarde en que he perdido a Petra, mi querida gata negra, Petra, tan mía, te voy a extrañar mucho.

viernes, 29 de mayo de 2020

Te estoy extrañando, ciudad. (la patrona extraña caminar)



Dura cuarentena impuesta en el país, no nos animamos a salir, y nos obligan a quedarnos cada cual en su casa, no todo el mundo está cumpliendo, tal vez por tener que trabajar o por querer salir de una vez, lo cierto es que no hay confiterías, tiendas de ropa, cafés, cines, Por otra parte el virus se esparce silenciosamente en ambientes vulnerables, villas con carencias, espacios de trabajo,  y cada día aumentan los casos en distintas partes de Córdoba, es un virus muy contagioso y se prioriza el tiempo que se gana guardando camas, respiradores, médicos y recursos para pacientes realmente graves. En lo personal, todavía no he agotado todas las muchas cosas  para entretenerme, aún me quedan miles de cosas por hacer de las que hacía en los ratos que me quedaban del trabajo.

(El tiempo libre es fundamental en la vida de la patrona, ella desde niña lee, juega, hace collares, pinta, cocina, y obvio juega con sus muñecas, aunque... ustedes saben, la patrona va a cumplir SESENTA AÑOS  en enero) Ahora nos encontramos que esta patrona... Ahora extraña el centro, su centro de esta ciudad de cuatrocientos y pico de años.¡Así es! ahora le toca seguir hablando a ella.

Amo éste tiempo para mí, sin embargo, confieso que  extraño el centro.


Acostumbrada desde todos los días a trabajar fuera de casa, a tomar ómnibus, a disfrutar del viaje al alba, la oscuridad y la intimidad del transporte, mirar las caras dormidas, pensar en ésa gente humilde y sencilla que va a su trabajo o a sus obligaciones cada mañana, y aprovecha ese ratito para dormir, Me encanta y no es mi caso, en esos viajes de quince kilómetros me voy poniendo al día con el celular y las noticias, leo la prensa de mi ciudad, de mi país y hasta algunos periódicos del mundo, es el espacio de soledad, de intimidad frente a lo inmenso de este universo y sus problemáticas que yo no podré resolver. Llegar al centro de la ciudad es un segundo de encuentro acelerado, bajar,  oler el olor del café de las cafeterías del alba, caminar rápido hacia el trabajo, el reloj marca los segundos inexorables, en la caminata se siente el frío o el calor, Y llegar,  tomar ahí en la oficina el café o el mate junto a los compañeros, hablar de lo que nos ha pasado en  la vida, encarar el día que comienza.

¡Como extraño esos momentos!   El Corona Virus y el aislamiento me regalaron tiempo en casa, pensar, caminar entre las hojas, escribir, leer, descubrir autores y obras, pero extraño el andar sin rumbo un rato por las calles  y encontrar estas pequeñas maravillas de mi ciudad como la ventanita  de la foto, que tiene alrededor de trescientos cincuenta años, o tal vez  más. Caminar, ir de cuadra en cuadra mirando vidrieras, oler los olores conocidos y que uno no se quiere perder, el praliné en la esquina, las panaderías, el olor a jabón de las lavanderías de ropa,  ¡hasta el olor de los vehículos lo extraño a mares!

Los días pasan y las horas corren inexorables, a todos se nos pasan volando las jornadas y a menudo tenemos la sensación de que no hemos hecho nada de "importante" durante este día, pero sí, sí hemos hecho, lo que pasa es que es OTRO el parámetro de medida. Antes trabajábamos, dábamos clases, escribíamos proyectos, conversábamos con nuestros compañeros de trabajo y  volvíamos a nuestras casas exhaustos y a penas comíamos una comida rápida intrascendente, luego a descansar o tal vez mirar un programa de televisión, y dormir para retomar la rutina al otro día.

Ahora degustamos el día. Miramos por la ventana, hablamos por teléfono con quienes nos queremos y disfrutamos también la charla, preparamos algo de comer y hay esmero en el preparado, tal vez improvisamos alguna receta que vimos en la web. Tenemos en cuenta nuestro cuerpo y en la medida de las posibilidades hacemos gimnasia, yoga o caminatas, y pensamos, pensamos y pensamos en el momento en que ésto pase, Cuando podamos comer con amigos, volver a los museos, ver a nuestros parientes, ¡ir a comprar ropa o zapatos! y trabajar en nuestro trabajo u oficinas. Sobretodo, ver a nuestra ciudad en toda su dimensión,  Córdoba, ciudad de la patrona, doctoral   y antigua ciudad, tan maltratada por sus habitantes, ojalá este momento de cuarentena nos haya servido de algo. Ojalá.


sábado, 9 de mayo de 2020

Lo inesperado, el Coronavirus.








Verano del 2020

Los días pasan en el verano. Uno se levanta no tan temprano, mira a su alrededor, se despereza y recuerda si ha pasado una noche bien dormida o una noche entrecortada. Las estrellas y la luna veraniega nos impregnan de oscuro y  nos alcanzan hasta el nuevo día, por eso las mañanas están con nosotros.  El calor diurno nos hace desear el abrazo de la noche, poco a poco los días van transcurriendo, vienen lluvias, mojan la tierra y se desprende ese olor... ese olor del ozono que nos invade y  nos llena de felicidad, ¡el olor de la tierra mojada!

 Y así va llegando febrero, la luz disminuye por mas que haga calor, el sol tiene otra luminosidad. Lo bueno?  Es que retomamos poco a poco el ritmo del año, y recordamos días ociosos de enero y diciembre. Lo malo? Es que empieza el año! con su vértigo y rutinas, con el marco, con despertador tempranero, en fin... Se terminó la paz y el regalo de las vacaciones.

Agradecida a la Vida por poder ver con estos ojos el paso de los días.
 ( Texto guardado en borrador antes de lo que paso a relatar en el texto que sigue).

 Febrero del 2020 

Casamiento de nuestro hijo mayor. Durante el mes de febrero fuimos preparando nuestra casa y a la vez trabajando sin denuedo con las fiestas que se habían contratado, el 29 se casaron Santi y Alejandra, en un año bisiesto, nuestro primer hijo casado, una felicidad inmensa. 







Comienza marzo 2020

poco a poco nos fuimos percatando de los cambios, poco a poco la prensa nos fue llenando de noticias. Infectados, mercados cerrados, casos, hospitales, y la frase tan temida que nos llegó en la noche del jueves  diecinueve de marzo: "a partir de las cero hora de esta noche se decreta un aislamiento social obligatorio", aislamiento, #quedateencasa , la casa como refugio contra la enfermedad, estar entre nosotros, cuidarnos. hicimos sin embargo dos casamientos más (que no deberíamos haber hecho, pero fueron permitidos por las autoridades municipales, y fueron los últimos, luego siguió la cuarentena, el aislamiento. y aquí estamos los tres. en casa, adentro.
Nosotros somos José, Nicolás nuestro hijo y yo. Los tres, tenemos nuestras rutinas, dormimos bien, tratamos de comer rico y variado y de tener espacios de creación.


Los primeros días ordenamos esta casa. Nuestra casita de arriba, la que -justamente, con sorna llamamos "La Casa de Ana Frank"  nos divertimos con el hecho de no ir a trabajar y poder acostarnos un poco más tarde, de manera a levantarnos no tan temprano y  tener otra dimensión del día. Poco a poco el tiempo fue pasando y vinieron días feriados que estábamos adentro, estuvimos sin semana santa ni huevos de Pascua, todo era igual, pero lindo, no extrañé mucho el afuera, hacía tanto tiempo que necesitaba tiempo, tiempo para mí, ¡para estar sin hacer nada!

 Y lo cierto es que nunca he estado sin hacer nada, máquina de trabajar,  armé prontito un grupo de wats app con mis alumnas, en donde les dí  tareas de lectura y escritura, eso las mantiene divertidas y algo exigidas, el grupo se llama Escritoras a distancia, y hay muchos logros, se escribe, se aprende y se piensa bastante, y sobre todo:¡¡¡Estamos Juntas!!!


Mi querido y viejo blog de la Patrona se verá mas poblado de notas, porque lo que pasa es muy fuerte,  ahora en la casa ya somos cuatro pues también vive con nosotros Ignacio, que estaba con su novia y una amiga de ella en una casa grande, y decidió venirse para acá, al caserón con bosque, ¡qué lindo, uno más y cerquita! 

Abril 2020

En Saldán, nuestro pueblito cercano, a penas un kilómetro, hubo un brote de Coronavirus, sesenta y cinco personas se contagiaron por un médico que sospechó ser portador asintomático de la enfermedad, pidió hacerse un hisopado y dio positivo para Covid19, ya había estado atendiendo en geriátricos y con pacientes propios grandes, fue un horror, porque dejamos de ir al pueblo, y poco a poco nos enteramos por la prensa que van muriendo algunas personas contagiadas. Muy triste.

Mayo 2019

hace ya cuarenta y pico de días que estamos bajo aislamiento, y hay páginas y páginas para leer, filosofía, pensamiento. Pero yo estoy abocada a la facultad de lenguas, ya que estoy cursando Literatura francesa II, CulturaII y hasta Lengua Francesa V. Algún día terminaré, dejo en pausa, anoche nuestro presidente  anunció que la cuarentena sigue hasta el veinticuatro de mayo. Era de prever, los contagios continúan pero muy paulatinamente, no como el espanto de los otros países, Brasil por ejemplo, terrorífico, no solo el Coronavirus mata a las personas sino que también están aprovechando para deforestar el amazonas, qué mundo que nos espera.


 El año pasado releí Candide,  de Voltaire, escrito en el siglo XVIII y la tremenda conclusión a la que llega Cándido después de pasar mil vicisitudes, terremotos devastadores, viajes por el mundo, la  maldad de la gente, pestes, encuentros y desencuentros, es: "hay que cultivar su propio jardín. Toda una reflexión que viene perfecto en estos tiempos para tener en cuenta y estar presente en el mundo, ser solidario, empático, tener en cuenta la realidad del otro en toda su dimensión, pero hay que también retirarse a un lugarcito propio y cultivar su jardín verdadero o simbólico, abonar la tierra, crear el abono, limpiar de malezas, sembrar semillas buenas, y detenerse a ver crecer las plantas, las hortalizas, las flores. Inmenso Voltaire!