lunes, 6 de febrero de 2017

el verano de la Patrona (¿patrona de quien?)




ODA AL VERANO

 DE PABLO NERUDA 

Verano, violín rojo,
nube clara,
un zumbido
de sierra
o de cigarra
te precede,
el cielo
abovedado,
liso, luciente como
un ojo,
y bajo su mirada,
verano,
pez del cielo
infinito,
élitro lisonjero,
perezoso
letargo
barriguita
de abeja,
sol endiablado,
sol terrible y paterno,
sudoroso
como un buey trabajando,
sol seco
en la cabeza
como un inesperado
garrotoazo,
sol de la sed
andando
por la arena,
verano,
mar desierto,
el minero
de azufre
se llena
se llena
de sudor amarillo,
el aviador
recorre
rayo a rayo
el sol celeste,
sudor
negro
resbala
de la frente
a los ojos
en la mina
de Lota,
el minero
se restriega
la frente
negra,
arden
las sementeras,
cruje
el trigo,
insectos
azules
buscan
sombra,
tocan
la frescura,
sumergen
la cabeza
en un diamante.

Oh verano
abundante,
carro
de
manzanas
maduras,
boca
de fresa
en la verdura, labios
de ciruela salvaje,
caminos
de suave polvo
encima del polvo,
mediodía,
tambor
de cobre rojo,
y en la tarde
descansa
el fuego,
el aire
hace bailar
el trébol, entra
en la usina desierta,
sube
una estrella
fresca
por el cielo
sombrío,
crepita
sin quemarse
la noche
del verano.

Maravilloso  poema de Neruda.
 ¡Ah!  ¡sus Odas Elementales son tan esenciales para cualquier persona!

 El verano de esta  señora  comienza en el mes de octubre, es decir: en plena primavera. Es cuando ella empieza a sentir calor que comienza esta estación colorida y agobiante.Si alguien le pregunta, ella dirá sin dudas que prefiere el invierno, con el abrigo del hogar y las noches largas, las comidas caseras y las meriendas. Es por eso que,  desde octubre,  y  poquito a poco,  la patrona transita los días haciéndose amiga de la luz y del color. Comprobando -con la mirada de sus ojos recelosos- que la luz del sol ilumina y hace brillar el pasto y los árboles. Todo es un desafío de ahora en más,  vestirse liviano, respirar el perfume  de la naturaleza, acostarse algo mas tarde que durante el invierno, dejar que la piel se tueste con el sol.
Diciembre es el mes de las fiestas y los cierres de año, ¡casi no hay tiempo para observar y vivir el día de verano! La actividad es febril y no nos da respiro para  detenernos y pensar tranquilos!
Ya en febrero se empieza a recuperar la patrona del mes de enero. Enero ha sido un mes de cumpleaños, de festejos, de conmemoración de la muerte de su madre.
Un mes con viajes, con campo, con río, con la familia ya adulta, que elige sus propias vacaciones. Enero  con una necesidad de silencio también.
 Al comenzar febrero volvemos todos a toparnos con el año y nuestras tareas cotidianas. Durante los días del mes mas corto, nuestra Patrona va pensando en las estaciones que vienen, en los colores de la moda de éste otoño, en el sabor de los membrillos y las uvas, La Patrona se va despidiendo día a día del calor, mientras transita profundamente cada jornada de su vida.
¡y cómo le gusta el hacer del verano!
Los días mas largos invitan a la lectura, a preparar dulces de frutas jugosas, a animarse a un trago con algo de alcohol al atardecer, a la costura, bordado u otra actividad realizada con las manos, que sabe que no podrá -por falta de tiempo-  ejecutarla durante el año.
Verano  también de reuniones con amigos, de brindis y de alegría. En esta estación se suele aprovechar  para ir al médico, al dentista, para ver si nuestro cuerpo está bien, y comenzar el año en buenas condiciones físicas.
A lo largo de los días la Patrona, -una patrona que sólo se manda a si misma- ha leído, jugado, querido, disfrutado, y ahora... si es capaz de hacer una pausita en su agitado día, entonces,   toma una silla frente a su patio, se sirve un mate, respira hondo y siente que se ha reconciliado ¡por fin!  con esta estación.